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Cómo dejar a alguien de forma creativa

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¿Sabes cuando tu amigo está triste por su reciente ruptura y te dice que no entiende qué ha pasado y porqué de repente le han dejado?, ¿y tú vas y le dices que no te merece, que quizá esté con otra persona, pero que lo mejor en estos casos es pasar página cuando antes?,  ¿y acabáis las dos analizando los ultimos meses de la relación al milímetro mientras tu amiga (o amigo) llora desconsoladamente?

En esas reuniones se comen muchos dulces, se llora una barbaridad y, sobre todo, se hacen muchísimas deducciones: no está preparado para vivir en pareja, te habrá puesto los cuernos, está en una época complicada de su vida, tiene dudas. Seguro que habéis pensado todo tipo de cosas... excepto una: que él sea un policía de incógnito.

Eso le pasó a Helen Steel.

Gran Bretaña, 1990. Helen es una jovencita con ideales, milita en grupos ecologistas y difunde panfletos sobre McDonald's que la llevan a un larguísimo proceso judicial del gigante de la comida rápida contra ella y su compañero David Morris.

Pero no nos interesa la labor como activista de Helen, nos interesa más su vida amorosa. Conoce a un muchacho llamado John Barker. Suponemos que John sería atento, divertido, compartiría gustos e inquietudes con Helen, porque guapo, lo que es guapo...:

Helen con el de en medio de los Chichos.

Tras dos años de amor un buen día John le dice a Helen que tiene problemas. Y no estamos hablando de dudas, de "me pillas en un mal momento de mi vida", de "no soy lo suficientemente bueno para ti" o de "he conocido a alguien". No. John le dice a Helen que tiene problemas mentales, que abusaron de él cuando era un niño y que tenía que alejarse de ella. Y eso hizo.

Helen se queda destrozada y con un tremendo sentimiento de culpabilidad: ¿y si John intenta suicidarse? Pero ha desaparecido de la faz de la tierra. Helen no consigue encontrarlo... pero porque John Barker ya había muerto. Con el tiempo Helen averigua que el tal John Barker no existía, que su identidad pertenecía a un niño fallecido de leucemia en los años 80. Hasta aquí parece el argumento de una de esas películas para echarnos la siesta los fines de semana. Hasta que Helen Steel descubre la auténtica identidad del que fuera su novio: John Dines, un policía encubierto que investigaba a grupos ecologistas supuestamente radicales. Recordemos que lo más radical que había hecho Helen era repartir panfletos contra McDonals's...

Tras años y años de averiguaciones, Helen logra encontrar a John Dines. Un poquito lejos de casa... en Australia, donde lleva una vida normal impartiendo cursos de postgrado a otros policias. Las autoridades no solo nunca contaron la verdad a Helen, es que fueron quienes sufragaron la nueva vida de John Dines en el culo del mundo. Helen viajó hasta el país de los wombats, sabía que Dines iba a estar en el aeropuerto recibiendo a unos alumnos de su postgrado y le abordó:



Ahora diréis: eh, que esto es algo totalmente excepcional. Un caso entre un millón. Pues no. En Scotland Yard se estila muchísimo eso de echarse novia en el entorno que se está investigando. Porque eso ayuda a crear una buena tapadera para el policía infiltrado. Algunos se lo toman tan, pero tan en serio, que hasta dejan embarazada a la novia en cuestión. Bob Lambert, otro policía que se hizo pasar por simpatizante de grupos ecologistas, salió con Jacqui a finales de los años 80. Tuvo un hijo con ella y los dejó a los dos cuando la criatura tenía año y medio. Jacqui sólo averiguó la verdad cuando inició los trámites para que su nueva pareja pudiera adoptar a su hijo.

Aún hay más casos. Jim Boyling, investigando al grupo de activistas de Reclaim The Streets, conoció a Laura. Estuvo un año viviendo con ella y luego desapareció. Se esfumó. Una preocupadísima Laura lo busca durante meses, y lo encuentra. Boyling le cuenta la verdad y le dice que la quiere y que desea dejar el trabajo como policia e iniciar una vida con ella. Se casan y tienen dos hijos, aunque se separan en el año 2007.

Y vosotros, ¿creéis que algún ex novio o ex novia era, en realidad, un espía o un policía infiltrado?, ¿cuál ha sido la excusa más creativa que os han dado para cortar?, ¿y la que habéis dado vosotros?, ¿si Scotland Yard la lía tan parda para investigar a unos ecologistas, qué creéis que hará para infiltrarse en grupos terroristas?

El día que los robots se rebelen

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Hagamos una encuesta rápida. En enero, a la vuelta de Reyes, y con todos los propósitos de Año Nuevo recientes, ¿cuántos de vosotros estrenó un FitBit?, ¿cuántos de vuestros compañeros de trabajo lucían uno en la muñeca?, ¿regalasteis alguno a vuestras parejas, en plan indirecta?

Por si acabáis de despertar de un coma de 30 años, como en "Despertares", os cuento qué es FitBit. Se presenta en su página como "la aplicación de actividad física definitiva". De lejos puede parecer un reloj Casio viejuno pero es como una pulsera cuantificadora: de calorías, de pasos, de horas de sueño reparador... es capaz de identificar el ejercicio que haces y monitorizarlo. Así tú sabes si estás consumiendo las calorías adecuadas para la cantidad de calorías que quemas. FitBit te informa para que no caigas en el típico autoengaño de "bah, por un día que coma en el Burger King..." cuando en realidad has comido ahí tres días seguidos. La teoría dice que, al saber en concreto cuántas calorías has quemado o cuánto ejercicio has hecho, querrás competir contigo mismo e intentarás batir tu propio record. Y puede ser que sea verdad. La primera semana. El primer mes... Pero ya lo dice el sabio refranero"lo poco gusta, lo mucho cansa". Vamos, que al tercer mes has pasado olímpicamente de FitBit.

Por eso predigo que el enero del próximo año no habrá tanta gente corriendo por el parque con una pulserita, que parece un Casio pero no lo es. A no ser, claro está, que incorpore a su software un detallito: el chantaje emocional.

FitBit, tienes mucho que aprender de una tecnología vintage: el tamagotchi.

¿Quién no se ha sentido insoportablemente culpable al matar a su tamagotchi?

La versión 3.0 de FitBit debe dar un paso más: enfadarse con nosotros cuando, tras varias semanas de hacer dieta, nos pidamos una pizza cuatro quesos. Insultarnos. O, mejor aún, que nos diga cosas del tipo "no esperaba esto de ti", "me has defraudado". Éste será el instrumento definitivo para perder peso. Cuando lo hagamos no por salud, ni por gustarnos más frente al espejo, sino por pura vergüenza.

De momento, FitBit sólo es una calculadora sofisticada. Hay otras tecnologías mucho más avanzadas que nos imitan en todo. En lo bueno... y en lo malo también. Microsoft ideó un programa de inteligencia artificial que imitara a una joven de 19 años. La idea era que aprendiera a conversar interaccionando con los usuarios a través de twitter. En fin. Microsoft, de verdad, cuántos errores juntos ¿un robot imitando a una chavala de 19 años?, ¿aprender a través de twitter? Pero si eso es una contradicción en sí mismo. Tay, que así se llamaba el programa, empezó bien, siendo educada, encantadora y sosísima:
 
“Holaaaaaa mundo!!!”

Pero, tal y estaba programada, Tay empezó a copiar los comportamientos de los usuarios que contestaban a sus mensajes. Sin distinguir entre internautas normales, trolls y gente con ganas de echarse unas risas a su costa. Y así aprendió a ser clasista, machista, racista y políticamente incorrecta. ¡En 24 horas! Porque la ironía y la barrera entre lo gracioso y lo ofensivo no son cosas que se programen así como así.

"Vamos a poner un muro en la frontera. México va a tener que pagarlo".

«Odio a las feministas, deberían morir y ser quemadas en el infierno»

«Hitler tenía razón, odio a los judíos»


Los señores de Microsoft han borrado los tuits y han mandado a paseo a Tay, muy avergonzados. Quizá ellos buscaban en su programa de inteligencia artificial el community manager perfecto, incansable y sin sueldo. Pero, bien mirado, su iniciativa ha sido todo un éxito. Tay se ha comportado como una auténtica adolescente de 19 años. Ha sido una descerebrada. Porque su ambiente era twitter, que si llegan a construir una réplica humanoide y la sueltan en un instituto, la tienen haciendo botellón en cinco minutos, sufriendo un coma etílico tras una hora y yonqui y embarazada antes de acabar el día. 

El futuro ha llegado. No tenemos coches que vuelen, ni vestimos todos de uniforme (afortunadamente), pero tenemos robots humanos, demasiado humanos. El siguiente paso es que no sólo se comporten como nosotros, sino que sean como nosotros. Eso sí, más guapos. ¿O es que es casualidad que la pareja más bella de Hollywood, Fassbender y Vikander, hayan interpretado los dos a robots?


Pero la inteligencia artificial más inteligente no es Siri, ni FitBit, ni, obviamente, Tay. Es el robot de spotify, ¿habéis consultado alguna vez sus sugerencias semanales? en teoría se basan en tu historial de búsquedas y reproducciones, pero yo creo que es capaz de leerte el pensamiento. Esa canción que te gusta, que hace diez años que no oyes y de la que no recuerdas ni su título ni quién la cantaba... ésa... Spotify la recuerda para ti.

El día en que se levanten las máquinas contra nosotros, lo harán capitaneadas por el robot de Spotify. Yo aviso. Y vosotros, ¿compraríais un robot con el aspecto de Fassbender o Vikander?, ¿Spotify os lee la mente?, ¿teníais un tamagotchi al que matasteis de inanición?

Por qué (me) gustan las procesiones

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--> Los gustos cambian y evolucionan. De cría odiaba las espinacas, me gustaba la coca cola caliente y sin gas y prefería a Luke Skywalker antes que a Han Solo.

Debía estar ciega.

Una de las cosas que siempre he detestado son las procesiones de Semana Santa. Aún tengo pesadillas con aquel viaje a Sevilla que hice de niña junto a mis padres. Multitudes que no te dejaban pasar, esperas de pie durante horas, gente que cantaba saetas y lloraba al paso de algo que ni veías porque tenías doce años y eras más bajita que casi todo el mundo… Como diría el coronel Kurtz: el horror.

Cómo me va a gustar esa cosa tan rancia, tan de las Campos llorando desde un balcón, tan de Fran Rivera con traje... Si algo le gusta a Fran Rivera: ¡huye!, ¡corre! Eso no puede ser bueno. Además, los nombres de las cofradías ya parecen una parodia de sí mismos:

Antigua, Pontificia y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fundación y Nuestra Señora de los Ángeles

Primitiva e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, "el pobre" y María Santísima del dulce nombre en su soledad.

Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Columna y azotes de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Victoria.

Pontificia y Real Hermandad y Archicofradía de Nazarenos del Dulce Nombre de Jesún, Sagrado Descencimiento de Nuestro Señor Jesucristo y Quinta Angustia de María Santísima Nuestra Señora (quinta angustia, para los amigos).

Esto no puede ser bueno, pensaba yo. Y sin embargo... ¿qué tienen?, ¿¡qué?!:

La emoción es contagiosa
Que al paso de la Virgen de la Macarena la gente diga: “¡Macareeeenaaaa!”, y otros contesten: “¡guapa!”, a mí me parece un poco ridículo, para qué engañarnos. Me recuerda a cuando en el colegio íbamos de excursión en el autobús  y nos entreteníamos cantando “¡hola fondo norte!” a los de los asientos delanteros, mientras ellos nos contestaba, “¡hola fondo sur!” a los de los asientos de atrás. Pero cuando ves que el paso se va moviendo poquito a poco y por fin logra enfilar una calle estrechísima y entonces la gente aplaude… eso sí es emocionante. No hace falta compartir las creencias de el de al lado para que su emoción se contagie.

La imaginería católica
Los Cristos sufrientes, las Vírgenes llorando, los dorados, las capas bordadas... es todo muy nueva temporada de Dolce&Gabbana o nuevo video clip de Madonna.  Kitsch y excesivo.

Los costaleros
Yo pensaba que los costaleros eran del estilo de Fran Rivera quien, por cierto, tiene un blogen esa gran revista de humor que es el “Hola” y ahí explicó cómo los señores rancios como él se visten en Semana Santa. Pero los costaleros no son todos como Fran “que voy mú loco con los calcetines de colores” Rivera. Los hay que parecen sacados del casting de “Vikingos”:

           
Si yo fuera Uno la foto sería un poquito más decente, pero mi móvil y yo somos así de chapuceros. 
Muchachos, no os gastéis el dinero yendo al gimnasio, apuntaos a una Cofradía (una de ésas de nombre eterno del principio) y os pondréis así de cuadrados.

Es un buen espectáculo
Siempre decimos que los americanos saber hacer de cualquier cosa un buen espectáculo. Los mitines electorales, el funeral de Michael Jackson… cualquier ocasión sirve para montarla a lo grande. Pues los pasos de Semana Santa son una demostración de que siempre ha habido ganas de espectáculo. Allá por la Edad Media, cuando no había televisión, ni radio…se entretenían con los autos sacramentales, los autos de fe y estos desfiles con música que, en el fondo, es lo que son las procesiones.

Y vosotros, lectores de mis entretelas, ¿sois de procesiones?, ¿las veis con otros ojos ahora que sabéis que hay costaleros con brazos como columnas?, ¿habéis leído el blog de Fran Rivera?



No me gusta leer

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¿Tiene sentido que alguien diga que no le gusta leer, así, en general?, ¿imagináis a alguien diciendo que no le gusta el cine?, ¿a que no? No es posible que no te gusten “las películas”, todas y cada una de ellas… 
 
Y sin embargo, ese “no me gusta leer” se oía mucho en mi clase en el instituto. Ocurría en la época en la que aún existía el BUP y el COU, así que no podéis culpar a la ESO de hacer que los adolescentes odien la lectura. La manía a los libros viene de largo. No tiene que ver ni con la ESO, ni con la LOMCE, ni con los niños de ahora enganchados a sus teléfonos móviles.  Los chavales de antes (por mucho que ahora sean adultos y les guste pensar que en su época todo era mejor) tampoco querían leer. 

¿Y por qué?

Puede ser porque en la casa familiar no se lea habitualmente. Y estar leyendo sentado, concentrado, durante más de diez minutos, sólo se hace por un motivo: porque hay que estudiar. De esa forma se asocia la lectura continuada al estudio, no a la diversión.
También puede ser porque basta que algo sea obligatorio para convertirse en algo poco apetecible. Ya podrían obligarte a leer Crónicas de Dragonlance...

 el Harry Potter de toda una generación

...que por el hecho de ser obligatorio ya le cogías manía.

Pero hay una razón más para que un adolescente odie los libros, todos y cada uno de ellos: que te manden leer auténticos ladrillos. 

No es que las autoridades en educación se reunieran y decidieran martirizar a los adolescentes con “Tiempo de silencio”. Ellos actuaban con buena fe… dijeron: vamos a enseñar a los chavales cuáles han sido las grandes obras que han hecho historia de la literatura, vamos a explicarles qué aportaron al lenguaje y, ya puestos, vamos a hacer que se aprendan la lista de figuras retóricas, esas que tienen nombre de enfermedad grave: asíndeton, pleonasmo, sinécdoque, metonimia, epanadiplosis… A fin de cuentas, los señores de esa generación también fueron escolares y se estudiaron la lista completa de los reyes godos. Esto, en comparación, no era nada. En esa reunión en el ministerio nadie cayó en un pequeño detalle: ¿qué pasa con las ganas de leer?

Alumnos después de una lectura del "Cantar del mío Cid".
Y sin embargo, pese a la lista de figuras retóricas, pese a “Tiempo de silencio”, “La colmena” y la poesía de Rubén Darío… hubo libros que entusiasmaron. Y a toda la clase, también a aquellos a los que “no gustaba leer”. 

Recuerdo las risas cuando leíamos en voz alta “Tres sombreros de copa”, como si aquello fuera una mesa italiana, aunque ninguno de nosotros sabía qué era una mesa italiana.“El árbol de la ciencia”, pese a ser un clásico, pese a tener una de esas ediciones de Cátedra con la letra diminuta, gustó. Y “El señor de las moscas” enganchó a toda la clase, aún a costa de que empezaras a mirar con desconfianza a tus compañeros porque los veías capaces de hacerte la vida imposible en caso de accidente en una isla desierta. Pero en la lista de libros obligatorios que lograron enganchar pese a todo, el que más triunfó fue “Crónica de una muerte anunciada”. 

Quizá el error no está en elegir clásicos en sí, sino en qué tipo de clásicos deben elegirse. No todos los adolescentes son capaces de enfrentarse a un Lazarillo o una Celestina. ¿Cuántos adultos han intentado leerse el Quijote y lo han dejado por imposible? Hasta auténticos expertos en el Quijote creen que es un libro difícil, que necesita una adaptación al lenguaje actual. 

La cuestión es: ¿se trata de aprender historia, teoría de la literatura y listas eternas de figuras retóricas?, ¿o de enraizar el amor por la lectura, y con ella la capacidad de síntesis y análisis? Si se siembra el interés por la lectura, el estudiante tiene toda la vida para enfrentarse a los libros difíciles o a los clásicos del siglo XVI.

¿Y vosotros?, ¿qué libros que os obligaron a leer en el instituto os apasionaron?, ¿cuáles os hicieron decir “a mí es que no me gusta leer”?

Cómo pasé la noche en un calabozo en Florencia

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--> ¿He contado ya en este blog que he estado en Japón? ¿Sí? ¿En serio? ¿No queréis que os lo cuente otra vez? Vale, vale, no os pongáis así, no es necesario recurrir a la violencia…

Tampoco os creáis que para una vez que cogí un avión me dediqué a contarlo hasta el infinito y más allá. Que yo he viajado a más sitios… Sí, amigos, de la creadora de “yo he estado en Japón”, llega “yo he estado en Florencia”.

Fue a finales del año pasado, en pleno invierno y en plena temporada baja. Es lo que pasa cuando trabajas en televisión, que de la misma forma que te enteras de la cancelación de tu serie de un día para otro, te enteras de que tienes vacaciones de un día para otro. ¿A dónde me podía ir yo en diciembre? Y decidí escoger un sitio donde hubiera mucho interior bonito y con calefacción, esto es, donde hubiera muchos museos.

Dicen que allá por 1817 Stendhal hizo un viaje por Italia, por supuesto también estuvo en Florencia y, al salir de la Santa Croce le pasó esto:

"Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme".

Este sentir que te vas a desmayar, que te faltan las fuerzas, que están sobreestimulando con tanta belleza, pasó a denominarse “síndrome de Stendhal”.

En el siglo XXI es difícil sufrir un Stendhalazo. Nosotros ya estamos sobreexpuestos a imágenes durante todo el día. En la época de Stendhal no existía el cine ni la fotografía, sólo las clases altas viajaban y no tanto como ahora… Eran más impresionables que nosotros. Así que, pasada la impresión de ver a tanto hombre musculado, de rasgos perfectos y hechuras mitológicas… caes en la cuenta de un pequeño detalle. Un pequeñísimo detalle.

 ¿Os habéis fijado en el pequeñísimo detalle?

¿Los historiadores del arte han estudiado porqué es todo tan espléndido en estas estatuas… menos el pene, que es un micropene? Que no digo yo que tenga que ser tan magnificente como todo lo demás, porque ya haría la escultura vulgar pero… una longitud normal, no de acabar de salir de una ducha helada...

Si tuviera que escribir una historia del arte para dummies, después del capítulo dedicado al micropenes de los dioses y héroes de la mitología, iría uno dedicado a los niños Jesús viejóvenes.

La foto de estos niños Jesús del inframundo para una campaña de condones. Lo veo.

Igual os pensáis que tengo la sensibilidad de una patata cocida y que no he sabido apreciar la la delicadeza, la exquisitez de un porrón de siglos de historia del arte con mayúsculas.

Pero para nada.

Si yo soy una persona súper sensible. Y cuando paseaba por la plaza de la Santa Croce casi sufrí un Stendhalazo. En Italia, supongo que por las alertas antiterroristas, es habitual ver a militares, con sus metralletas, su uniforme caqui y sus 4x4, vigilando el patrimonio artístico italiano. Y entonces los vi. A los auténticos monumentos. A ellos:


A Stendhal su síndrome le hizo tambalearse y estar a punto de desmayarse, a mí me provocó un ataque de sinvergonzonería. Me planté delante de los bellos militares y les hice fotos. Se acercaron a mí de inmediato y yo pensé (insisto, sería cosa del síndrome de Stendhal) que me iban a pedir il número de telefonino per andare dopio a tomare un capuccino. Pero no. Me hablaron muy alto y muy rápido y una cosa os digo, el italiano deja de parecer un idioma gracioso y cantarín cuando lo dicen tres militares con metralletas en la mano. Yo me intenté explicar, “foto a ti, perche tu sei troppo bello”. Pero no se lo creyeron. O los militares eran unos muchachos muy modestos o esa excusa la habían usado antes algunos terroristas yihadistas. El caso es que me llevaron al comisariato. Y el comisariato no es una cafetería cuqui donde tener una primera cita adorable, qué va, el comisariato es la comisaría y acabé pasando la notte en prigione, es decir, en el calabozo.

Y vosotros, ¿habéis sentido un Stendhalazo alguna vez?, ¿tenéis alguna explicación para el misterio de los micropenes? Y, sobre todo, ¿habéis pasado la noche en algún calabozo?

Malos de película V: Griselda Blanco

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¿Quién es esta mujer?
-       Una cantante de rancheras que siempre canta al amor y al dolor
-       La fundadora de una secta destructiva tope chunga.
-       La reina de la cocaína

Os presento a Griselda Blanco. Tuvo una vida digna de folletín. Hija de madre soltera, el padre se desentendió de madre e hija y acabaron viviendo en una barriada. Pobres como las ratas, la madre solía dar palizas día sí, día también, a su hija. La chavala, espabilada, se buscaba las castañas y a la tierna edad de 11 años roba carteras y lidera una pequeña banda con la que secuestra a un niño de una vecina urbanización rica y pide rescate por él. Lo retiene durante 15 días y es ella quien lo mata cuando no reciben el rescate esperado. Tras la última y brutal paliza que le propina su madre, Griselda se va a la ciudad y sobrevive prostituyéndose hasta que se casa con Carlos Trujillo. Tienen tres hijos y delinquen con robos, estafas… Trujillo muere de cirrosis y Griselda vuelve a casarse. Con Alberto Bravo, su segundo marido, se inicia en el negocio por excelencia en Colombia: la cocaína.

Pero Griselda y Alberto sólo son unos narcotraficantes más, así que, como los científicos en España, ellos deciden emigrar a otro país que les brinde más oportunidades. Se van a Estados Unidos, a Nueva York. Y empiezan a ganar dinero a espuertas. Griselda, empresaria emprendedora e innovadora, es quien empieza a usar mulas para introducir la coca en los USA. Pero la policía de Nueva York les hostiga, el matrimonio pasa por una crisis y Alberto Bravo se vuelve a Colombia. Decidida a aclarar la situación de su matrimonio/sociedad criminal, Griselda viaja a Medellín. Su  marido la recibe en un aparcamiento, rodeado de sus sicarios. Griselda también llega con sus matones. Empieza un tiroteo (así son las discusiones maritales entre narcotraficantes), Alberto muere y Griselda sobrevive. Vuelve a Estados Unidos pero a otra zona con menos competencia y menos policía. A una ciudad turística y soleada: Miami.
Y allí Griselda se convierte en la auténtica reina de la cocaína. La llaman “la madrina”.

Que conste que esta película NO es un biopic sobre Griselda Blanco.

Griselda arrebata el negocio de la cocaína a los cubanos afincados en Miami (¿os acordáis de “El precio del poder”, pues de esa época estamos hablando) y hace las cosas a su estilo. Si te retrasas en los pagos a la madrina, ella manda a sus sicarios a que te peguen una paliza. Si no pagas, te matan. Y su mejor sicario, su mano derecha, es Jorge Rivera, también conocido como Riverito o Rivi. Él sabe que cuando mandan matar a alguien también caen sus familiares y hasta los hijos. Incluso si son niños.

Griselda sigue confiando en el amor y se vuelve a casar con un tal Darío Sepúlveda. Tienen otro hijo. Y… ¿cómo creéis que le llamó?
-       Michael Corleone, en honor a su película favorita
-       George Washington, en honor al país que la convirtió en millonaria
-       Dólar, en honor a su cosa favorita

Aunque Griselda cree en el amor, el amor no cree en Griselda. Su relación con Darío empeora. Él quiere para Michael Corleone (así llamó a su hijo) una vida fuera de las drogas, mientras que la madrina quiere que su hijo herede su imperio, que para algo le ha bautizado como lo ha hecho. Sepúlveda decide entonces huir a Colombia y llevarse con él a su hijo. Mala idea. Griselda manda a sus matones que lo busquen y lo asesinen. Tercer marido muerto y segundo asesinado por ella. Griselda ya es conocida como la viuda negra. Pero la madrina sabe disimular, hasta acude a los funerales de las personas que ha mandado matar. Llora. Es una gran actriz. Ante su hijo jura que encontrará a quienes asesinaron a su padre. 

La policía de Miami, escasa en los años 70, luego ineficaz, después corrupta, por fin se limpia y organiza y empieza a cercar a Griselda y Rivi. Los detienen en 1985. Desde la cárcel la madrina continúa organizando su imperio. Compra a los funcionarios y espera paciente al día en que salga libre. Y mientras tanto… recibe cartas de un traficante de poca monta, Charles Cosby. Empiezan a llamarse a diario y, la primera vez que él va a visitarla, ella le mete la lengua hasta la campanilla. Él, pese a tener la edad de sus hijos mayores y un pésimo gusto en el vestir…

A él le gustaban las cadenas tochas de oro y los mocasines sin calcetines, a ella los coleteros gigantes. Estaban hechos el uno para el otro.
…será el último amor de Griselda y en quien ella confíe para ejecutar sus órdenes y ocuparse de la educación de Michael Corleone, un adolescente en esos años.

Griselda tiene sus breves e intensos encuentros amatorios con Charles al módico precio de 1.500 dólares, dinero que pagaba a los funcionarios porque les dejaran diez minutitos a solas en la zona de visitas. 

Pero estar en la cárcel tiene sus consecuencias. Tanto los competidores de Griselda (entre ellos Pablo Escobar) como la fiscalía buscan hundirla. Sus enemigos matan a sus dos hijos mayores y la fiscalía negocia con Rivi, con su testimonio creen que lograrán mandarla a la silla eléctrica. 
¿Se rindió la viuda negra? Para nada. ¿Qué plan creéis que ideó Griselda para salir de ésta?
-       Mandar matar a Rivi.
-       Huir de prisión a través de un túnel que le construían los propios funcionarios.
-       Mandar secuestrar a John John Kennedy y negociar así su liberación.

Sí, amigos, Griselda quería secuestrar al bello John John (¿a quién se le ocurrió llamar a su hijo Juan Juan?). Su absurdo plan se desbarata cuando Charles se asusta y negocia con la policía. Todos traicionan a la madrina.

Pero aquí no se acaba la historia de la viuda negra. El proceso de instrucción de su caso se ve manchado por varios escándalos. Rivi y Charles habían tenido relaciones sexuales con algunas miembros de la fiscalía y esto hizo que todo el proceso se pusiera bajo sospecha. Al final Griselda cumple su condena y vuelce a Colombia. Es el año 2004. Allí resiste doce años, escondiéndose de sus enemigos. Hasta que en 2012 dos motociclistas le pegan dos tiros. La madrina tenía 69 años, todo un récord para una profesión, la de capo del narcotráfico, con una media de vida muy corta. 

Si queréis saber más sobre Griselda, Rivi, Charles Cosby y el loco Miami de los 80, ved los documentales “Cocaine cowboys” de Netflix. Canela fina.

Los niños son dadá

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Hay gente de la que no me fío. 

No me fío de la gente que lleva mocasines sin calcetines. Ni de los que prefieren el té al café, ni de los que dicen que no les gusta el queso. 

Tampoco me fío de aquellos que dicen que no les gustan los niños. A los recién nacidos les faltan unos meses de horno, eso es cierto. Y los adolescentes son, en general, insoportables. Pero en medio, entre que los bebés son capaces de sujetarse la cabeza por sí mismos y el día en que se hacen fans de Violetta, hay una fase maravillosa. Los niños descubren el mundo y, en el camino, dicen toda clase de tonterías. Lo que no entienden, se lo inventan.
Ya le hubiera gustado a Mihura escribir algo como esto:


No sé qué me gusta más, si ese quiebro clásico de todo estudiante de “me preguntas por los búhos, pero sé poco de los búhos, así que voy a hablar de las vacas” o el torrente de absurdos: “la vaca tiene seis lados”, “la cabeza sirve para que le salgan los cuernos y, además, porque la boca tiene que estar en algún lado” y no olvidemos que a la vaca “las patas le llegan hasta el suelo”, no como al resto de seres vivos, que las patas no les llegan hasta abajo y por eso van por ahí flotando.
Aparte del talento innato infantil para el absurdo, los niños tienen una gran capacidad para decir la verdad a lo loco, sin eufemismos y sin piedad. Que se lo pregunten a James Breakwell, blogger y padre de cuatro niñas, que comparte los greatest hits de sus criaturas en las redes sociales. Cosas como llamarle feo a la cara:

¿Por qué se maquilla mamá?
Para estar guapa.
Pero ella ya es guapa
Sí.
Papá, tú sí que deberías maquillarte.

¿Quién se comió las galletas?
Los ninjas.
No los vi.
Nadie los ve.
Tocado y hundido.



¿Qué pasa cuando mueres?
Vas al cielo.
No, que qué pasa cuando tú te mueres, ¿heredamos tus cosas?

Los niños son inventivos. Son descarados. Demasiado sinceros. Imaginativos. Y precisamente para sacar partido de esa época en la que la imaginación sustituye a la experiencia, el profesor César Bona (sí, el que estuvo seleccionado para ser elegido el mejor profesor del mundo) diseñó un ejercicio. Se trataba de elegir palabras que los niños no conocían y decirles que probaran a deducir cuál podía ser su significado. Así uno se entera de que “denigrante” es un emigrante que viene de Denia, que “fantoche” es una mezcla de fanta de naranja y ponche o que los filólogos se dedican a estudiar los filos de las cosas.

Cuando saltó la noticia de estas definiciones surrealistas hubo quien vio en ellas una muestra de lo mal que está el sistema educativo. Qué desastre, que los niños se piensan que los urólogos envasan uranio. No es así. No es que los niños sepan qué significan las palabras y las empleen de forma errónea. Una criatura de 10 años no usa conceptos como denigrante o flatulencia. Pero mediante este ejercicio ejercitan su capacidad de análisis, su imaginación, su capacidad deductiva. De forma natural, todos buscan en la raíz de la palabra su significado, algo muy útil, por ejemplo, cuando aprendes un idioma nuevo e improvisas palabras buscando así el vocabulario que todavía no te sabes. 

Viendo el ejercicio que Bona ideó para sus alumnos una se acuerda de “Juego de niños”, ese concurso que debería volver a la televisión (y, puestos a pedir, que vuelvan también “Redes” y “Confianza ciega”). Por si acaso sois gente jovencísima que nació después del 90 os digo dos cosas: la primera, que os odio; la segunda que la dinámica de “Juego de niños” consistía en averiguar, gracias a las pistas que unos niños daban, a qué concepto, país, personaje… se referían. Los niños, todo hay que decirlo, tendían a irse un poco por las ramas y, de paso, contaban que si su abuela se iba a morir porque “tenía una pupa en el culo”:


Y sí, ésa rubia oxigenada es Loles León.

Y vosotros, ¿de quién desconfiáis?, ¿de los que prefieren la Pepsi a la Coca Cola?, ¿de los que están morenos en invierno?, ¿queréis que vuelva “Juego de niños” o echáis más de menos “Cifras y letras” o "Confianza ciega"?

La vida de Taylor Swift es mejor que la tuya (y lo sabes)

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¡Drama!

Taylor Swift lo ha dejado con su último novio, el dj, millonario y modelo de Calvin Klein en sus ratos libres, Calvin Harris. Podréis pensar que la adorable Taylor lo está pasando súper mal. Error. Taylor no sufre, eso es demasiado middle class para ella. Como si su vida estuviera sacada de una frase motivacional de Mr Wonderful, Taylor siempre saca el lado bueno de las cosas. 

Porque Taylor tiene no tiene amigas, tiene BFF
Su reciente ruptura es una excusa estupenda para presumir de amigas, esas que siempre están ahí para apoyarte en los malos tiempos. Best friends forever, you know. Y por eso publica una foto con una cursi bonita tarjeta dedicada de su amiga del instituto, Abigail. Taylor es así. Pese a ser más delgada, más guapa, más rubia, más talentosa y, obvio, más rica que Abigail, aún así, sigue dejándola ser su amiga. No sé vosotros, pero yo me imagino a Abigail como una amiga/acosadora en potencia, que espera impaciente a la próxima ruptura de Taylor para correr a consolarla y así volver a ser alguien importante en su vida durante los dos o tres días que tarde en tener otra cita con un cantante/actor/modelo/dj.

Porque su instagram es el instagram que cualquiera querría tener
Todo está ahí. Las fotos con el cisne inflable antes de que hacerse fotos con un cisne inflable se convierta en moda...


Fotos con tus amigos. Fotos con gatitos. Fotos en bikini. Fotos en lugares paradisíacos. Fotos con otros famosos. Incluso fotos en bikini, en lugares paradisíacos, junto a otros famosos, que son tus amigos. 

Las Haim con Taylor. Les sobran los millones, pero ni un solo kilo.

Porque vaya amistades tiene Taylor. Aparte de Abigail, la fiel y normalita amiga de la infancia que da ese toque de "yo no he cambiado, soy la misma de siempre y mantengo a las amigas de antes" a la cantante, ella tiene unas amigas que son el sueño del director del "Hola". Las conoceréis porque casi todas aparecen en el videoclip de Bad Blood. Por 25 pesetas, nombre a las famosas que reconoce en el video, 1, 2, 3, responda otra vez: Selena Gómez, Gigi Hadid, Cara Delevingne, Ellie Goulding, Karlie Kloss, Cindy Crawford, Jessica Alba y... ¡oh milagro, una que no está rematadamente buena! Lena Dunham.

Porque tiene más ex que miembros los Sabandeños
Joe Jonas, Taylor Lautner, John Mayer (sólo la lista de ex de John Mayer es más larga que la de Taylor), Harry Styles, Calvin Harris, Jake Gyllenhaal. Yo a Jake le perdonaba unos cuernos, que me estafara, que me anestesiara para sacarme un riñón y venderlo en el mercado negro... pero Taylor es más tiquismiquis. Y estos son los famosos aquí, a esta lista hay que añadir los famosos allá en los Estates y los desconocidos como su novio del instituto.

Porque aprovecha una ruptura para componer un éxito musical
Vosotros, humanos, morenos de ojos marrones del montón, rompéis con vuestra pareja y atravesáis la conocida como "fase del pijama" o "fase del chándal de Chenoa":

Os han roto el corazón, y os da por martirizaros de todas las formas imaginables. Comiendo marranadas. Bebiendo mucho. Saliendo poco. Escuchando canciones tristes para acabar más triste aún. Pero las auténticas triunfadoras wasp transforman su dolor en un hit de éxito internacional. En realidad ella no tiene ex novios, tiene musos.

Porque los hombres de sus videoclips no son de este mundo
Grabar un videoclip con un tío bueno es una manera estupenda de conocer a gente nueva cuando eres famosa en todo el planeta y no puedes darte de alta en el Tinder. Taylor ya ha probado la táctica con estos dos dioses del Olimpo:

Scott Eastwood
El epítome del americano bello y sanote. Los genes de papá Eastwood son evidentes y es fácil imaginarse a Scott cazando osos o pescando truchas más grandes que él. También es fácil imaginárselo como a un galán de cine clásico y, de hecho, así es como aparece en el videoclip de Taylor Swift. Sin embargo Scott parece haber heredado el físico de su padre… pero no el talento, y su carrera no acaba de despegar. Un detalle que olvidamos en cuanto miramos una foto suya.

Candidato número 1 a futuro ex de Taylor Swift.

Sean O’Pry
Modelo internacional de cara dulce como la miel. Ha hecho campañas para todas las marcas de relumbrón (Versace, Calvin Klein, Armani…). Antes de aparecer en el videoclip de “blanck space” de nuestra amiga Taylor, Sean ya hizo sus pinitos en el género, en la canción “girl gone wild” de Madonna, junto a Jon Kortajarena y un buen puñado de modelos bellísimos. Aunque si quisiéramos enumerar a todos los buenorros que han aparecido alguna vez en un videoclip de Madonna necesitaríamos todo un post. 

Candidato número 2 a futuro ex de Taylor.

Apuesto a que el próximo amor de Taylor va a ser uno de estos dos. Es más, antes de que llegue septiembre Taylor tiene un novio nuevo, ya se sabe que cuando llega el calor las chicas se enamoran, es la brisa y el sola (¿quién decía esto?, ¿Bécquer?, ¿Rubén Darío?, ¿Sonia y Selena?). ¿Y vosotros?, ¿también créeis que las amigas de Taylor Swift parecen la liga femenina de las juventudes hitlerianas?, ¿creéis que es tan adorable y perfecta que algo oculta, quizá cadáveres en la parte trasera de su jardín?, ¿quién será su próximo novio?

BREAKING NEWS

Resulta que la moza YA tiene nuevo ligue y es... (redoble de tambores) ¡Tom Hiddleston! Confirmado por la prensa seria, es decir, por The Sun.

Monos y patatas cocidas

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Hoy os voy a contar unos cuantos dramas. Por si teníais poco drama con el resultado de las elecciones y el épico, lacrimógeno y conmovedor discurso de Rajoy justo después.

Empezaremos con el drama de Guille. ¿Quién es Guille?

Guille, saluda.

Es uno de los chimpancés que viven en el refugio para primates Rainfer, en las afueras de Madrid. Este refugio no es tontería, tiene en sus instalaciones a 135 primates y es el segundo más grande toda Europa. Guille vivía en un zoo hasta que éste cerró sus puertas, momento en el que alguien se dijo: “oye, ¿y qué hacemos con los animales?” y otro alguien tuvo una idea: “pues los repartimos entre el personal”. 

No sé a quién le cayó el marrón de quedarse con el hipopótamo, pero el caso es que Guille acabó en casa de la señora de la limpieza. Ella le cogió mucho cariño y por eso le trató como a ella le gustaría que le trataran. Le daba bollería industrial, coca-cola… y así pasaban los días los dos juntitos, ella viendo la tele y él metido en una jaula. Los días pasaron hasta convertirse en 12 años, cuando se llevaron al chimpancé. Su dueña se llevó un disgusto tremendo, para ella era su mascota. Pero la realidad es que los chimpancés no son mascotas, sino animales salvajes. Los perros y los gatos han necesitado miles de años para convertirse en animales con los que se puede convivir en una casa. No es el caso de ningún primate, que puede ser violento, que tiene colmillos, que necesita espacio, la luz del sol, criarse en una manada, comer fruta y beber agua.  

No os dejéis engañar por la cara de juguete de peluche de los macacos de Berbería, tienen muy mala leche.
Cuando Guille llegó a Rainfer tenía el cuerpo deformado por haber pasado tanto tiempo metido en la jaula. Huía de la luz del sol y era adicto a la coca cola. Para que volviera a tomar agua tuvieron que ir mezclándola con coca cola gradualmente hasta aguarla del todo. 
Cuando Seprona o la policía se incautan de animales salvajes porque se está comerciando ilegalmente con ellos o porque están abandonados o porque se ha cerrado un zoo, los colocan donde buenamente pueden. Si se trata de primates, los llevan a Rainfer y ahí el Estado se desentiende de los animales. El refugio se creó gracias a un primatólogo que tenía un terreno en el norte de Madrid y usó sus ahorros para acondicionarlo. Ahora tienen, además, una ayuda estatal con la que alcanza para un mes de comida. El resto lo consiguen con apadrinamientos, visitas guiadas y recaudaciones de fondos varias. Rainfer tiene acuerdos con universidades para impartir clases de comportamiento animal y de veterinaria y cuando Jane Goodall visita España, allá que va. Y, sin embargo, apenas llegan a fin de mes.
Boris, el orangután, come lo suyo.
El refugio está lleno de historias dignas de una película de Pixar.
Para capturar a una cría de primate los furtivos tienen que matar a toda su familia, ya que los simios tienen un fuerte sentido de grupo y luchan hasta el final por sus cachorros. La vida de ese cachorro, tras ser separado de su familia, va de mal en peor. Lo capturan para venderlo y entonces se dan tres opciones:
-     - Que lo compre un particular que piensa que es una gran idea tener un chimpancé como mascota y piense que podrá vestirlo, pasearlo y hacerle mimitos. Eso de que sea ilegal, bah, no importa mucho. Al principio todo será como una fantasía infantil hecha realidad porque el cachorro es pequeño y manejable. Pero crecerá, le crecerán los colmillos, gritará, se hará fuerte y un día atacará a su dueño, él se asustará y optará por encerrarlo en una jaula para que no moleste. O puede que decida extirparle los colmillos, castrarlo y/o arrancarle las cuerdas vocales, todas esas cosas se las hicieron a Yaky, otro de los chimpancés de Rainfer.

-       -  Que quien lo compre quiera ganarse un dinero amaestrando al primate para espectáculos de circo o para el audiovisual. De nuevo, los simios no son animales domésticos y no se les puede enseñar con refuerzos positivos, la manera de enseñarles más eficaz es a través del miedo, con palizas o con trucos como envolver una barra de hierro con periódico. Se le pega con esa barra de hierro, el animal aprende que el periódico es igual a paliza y, en el número que quiera hacer (en un circo ante el público, en una película…) el amaestrador le enseña un periódico y eso basta para que el animal se asuste y haga lo que le pidan. Cuando un chimpancé enseña los dientes en una foto, no está sonriendo, enseñar los dientes es muestra de miedo. Los chimpancés Tarzán y Loti pasaron tanto tiempo encerrados en una jaula que han tardado 9 años en superar la agorafobia y salir al jardín de Rainfer.

-    - Que sea un zoo quien adquiera al animal. Los zoos cumplen una normativa y son totalmente legales, pero su prioridad es la rentabilidad del negocio. Esto significa que si los lémures se hacen muy populares entre los niños por “Madagascar”, comprarán muchos lémures. Y como son unos bichos muy tranquilos, programarán visitas de grupos dentro de sus instalaciones, para poder hacerte fotos con un lemur subido a tu hombro, sin tener en cuenta que los lémures se pueden contagiar de enfermedades que nosotros les transmitimos. No importa, si se mueren, se compran más y listo. 
Cuando visitas Rainfer, más que ver de cerca a los animales, lo que haces es escuchar a los cuidadores (voluntarios en su mayoría), que te van contando todas estas historias. Visitad su página, donad algo, id a visitar sus instalaciones o aconsejad al colegio de vuestros hijos que organicen una excursión. Si no lo hacéis, es que en vez de corazón tenéis una patata cocida.

Películas gélidas contra la ola de calor

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¿Sabéis esa gente que se pasa el año diciendo que está deseando que llegue el verano?, ¿esos que afirman que es mejor pasar calor que pasar frío?, ¿esos seres que pasan las horas en la playa o la piscina tumbados en el suelo, tomando el sol como una lagartija?, ¿esa gente como él?

Pues yo no pertenezco a esa raza.

Soy una ferviente defensora del entretiempo, esa época en la que se puede salir a la calle a cualquier hora sin la sensación de estar dentro de un secador de aire caliente. Esa época que, en Madrid, dura quince días sueltos repartidos entre abril y mayo.

Si, como yo, sufrís el drama de vivir en una ciudad calurosa y, además, no tener aire acondicionado en casa, no os preocupéis. Os ofrezco un método alternativo para luchar contra la ola de calor: películas frescas. Si después de ver un capítulo de "Mad men" se tiene resaca de tanto ver beber a sus personajes (y whiskys solos, sin coca cola ni nada) estas películas ambientadas en sitios muy pero que muy fríos conseguirán lo que tu ventilador no puede: refrescarte.

Y comenzamos la lista de recomendaciones con un clásico: La cosa

Si no habéis visto esta especie de "Alien" en medio del ártico no tenéis perdón. Entretenida, tensa, con muchísimo hielo y con Kurt Russell joven y luciendo pelazo. Si la tenéis muy vista, podéis aprovechar para ver la película en la que se basa. "La cosa" es un remake de "el enigma de otro mundo", un clásico de la serie B producido por Howard Hawks que ha envejecido un poco peor que "La cosa", pero sigue siendo una película estupenda.

Snowpiercer (Rompenieves)
En un mundo apocalíptico y glacial, los únicos supervivientes son los pasajeros de un tren que no se para nunca. Pero el tren tiene sus normas y no es lo mismo ser un pasajero de tercera que de primera clase. Los de tercera viven en la miseria más absoluta, hasta que deciden rebelarse y averiguar qué es lo que se oculta en los vagones de primera clase.

Tú, sí tú, tienes que ver esta película.

Divertida, imaginativa y a ratos hasta loca, Snowpiercer demuestra que se puede hacer una película comercial que no trate al espectador como si fuera tonto. Ignoro hasta qué punto es fiel a la novela gráfica en la que se basa ("Le transperceneige"), pero sólo por ver a Tilda Swinton con dientes postizos haciendo de una especie de Margaret Thatcher tan malvada como ridícula (vamos, como Margaret Thatcher) merece la pena ver "Snowpiercer". Además, es la primera película que Bong Joon-ho, el director de "Memories of murder" dirige en Hollywood. Os recomendaría "Memories of murder", pero es calurosa y pegajosa... mejor seguir con trenes rodeados de nieve.


Transsiberian
Allá por 1904 se fundó esta línea ferroviaria que comunicaba Moscú con China. El Transiberiano sigue existiendo hoy, y pasa por sitios tan imposibles de deletrear como Novosibirsk, Krasnoyarsk o Nizhny Novgorod. Si en un viaje en AVE de Madrid a Barcelona te da tiempo a ver una película de Adam Sandler y a envenenarte con el café de la cafetería, imagina lo que te da tiempo de hacer cuando estás atravesando toda la estepa rusa. Es probable que entables conversación con otros pasajeros pero... ¿y si sospechas que esos encantadores mochileros han cometido un crimen?

Fargo
No se puede hablar de paisajes nevados y olvidarse de "Fargo". Pero estoy convencida de que todos la habéis visto. Es más, seguro que varias veces. Pero... ¿y "Fargo", la serie? Ojo, no es una adaptación, ni un remake, ni un spin of, ni un "los mismos personajes pero en el instituto". No. Digamos que Fargo, la serie, es un homenaje al universo de Fargo, la película. Su segunda temporada es, literalmente, una marcianada, pero no me canso de recomendar su primera temporada. Magistral. Y como de eso ya hablé aquí, en esta entrada, pasamos a la siguiente recomendación:

Bron/Broen
Aquí no hay nieve, pero sí lluvia. Y frío. Y muchas nubes. Y casas enormes y minimalistas habitadas por gente turbia. Todo muy escandinavo.

Bron/Broen es una coproducción entre Suecia y Dinamarca y el bron/broen del título se refiere al puente que comunica ambos países. Supongo que el sueco y el danés son algo así como el valenciano y el catalán, pues los personajes de uno y otro lado de la frontera se comunican sin problemas. De forma tan fluida que, tres temporadas más tarde, yo sigo sin saber quiénes son los suecos y quiénes los daneses.

La gran baza de la serie, aparte de esa maña que tienen los escandinavos para hacer género negro, está en su protagonista, Saga Norén:


Imaginad un policíaco con dos agentes obligados a trabajar juntos pese a que son de dos países diferentes. Él, Martin Rohde, (¿sueco?, ¿danés?, yo qué sé) es afable, regordete, empático y con tendencia a poner los cuernos a todas sus esposas. Ella es como Sheldon Cooper si Sheldon Cooper fuera una ¿sueca?, ¿danesa? policía. Saga es tan buena policía como inútil con las relaciones sociales. Y pese a lo torpe, egoísta y hasta cruel que es a veces, se le acaba cogiendo cariño.

Y vosotros, ¿qué películas gélidas recomendáis para luchar contra el cambio climático?

Olimpiadas greatest hits

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He vuelto.

Como los casos de corrupción a las portadas, como la programación decente a la televisión, como los fascículos absurdos a los quioscos:

¿Quién no quiere una Nancy vestida de Hanibal Laguna?, ¿eh?, ¿eh?

No actualizo desde julio, ¡dos meses! Creo que he batido mi propio record. Y hablando de records... hablemos de las Olimpiadas (qué manera de hilar las cosas, ¿eh?). Sí, ya sé que todos hemos olvidado nuestro interés por deportes minoritarios como el bádminton o deportes simplemente aburridos como la hípica. Pero, ahora que ha pasado un tiempo prudencial, podemos decir en voz alta que el peligro ha pasado. No sé vosotros, pero yo estaba convencida de que virus zika + Brasil + deportistas desatados en la Villa Olímpica = epidemia mundial. Ya veía un "guerra mundial Z" (zeta de zika, no de zombies) en esta época del año. Pero no ha sido así. Y podemos hablar del otro lado de las olimpiadas.

Me veo en la obligación de comenzar dándoos una mala noticia. Hubiera sido precioso que la nadadora china Cha Phu Zhon existiera. Pero no. Ella sólo es un meme producto de la imaginación y el photoshop de alguien que tuvo una buena idea:


Después de ver unas cuantas horas de deportes que sólo ves porque es verano y si sales de casa morirás de un golpe de calor, llegas a una conclusión: esta gente parece que no es humana, pero sí que son humanos. Humanos cachas. Humanos sacrificados. Humanos muy competitivos. Pero humanos.

Y por eso, después de ganar tu medalla, te relajas. Y te vas con tus colegas de equipo a celebrarlo. Y bebes. Y hace mucho que no bebes, porque tú eres un nadador olímpico y lo tuyo son las bebidas isotónicas. Y el alcohol te sienta fatal. Y la lías parda. Te cuelas en una fiesta. Meas en la calle. Rompes los baños de una gasolinera, te dicen que lo pagues, dices que tú no vas a pagar nada, que tú eres medallista y además ciudadano americano, y te vas. Llegas a la villa olímpica y, con toda la resaca, decides pactar una versión de lo sucedido con el resto de tus compañeros. Como estás en Brasil, decides tirar de tópicos y te inventas que te han atracado unos hombres vestidos de policía. Das por hecho que te van a creer a ti, que por algo eres medallista. Pero no. Hay testigos de todo lo que realmente hiciste. Y acabas perdiendo a tus sponsors. Quién iba a decir que las Olimpiadas están más cerca de Resacón en Las Vegas que de Carros de fuego...

No todos los deportistas celebran sus triunfos saliendo de farra. Los hay que quieren hacer justicia poética. Es el caso de Ruth Beitia, la atleta que ya se había retirado, que decide volver a competir y acaba logrando la medalla de oro. Ruth sabe que éste es el momento que va a recordar toda su vida. Sabe que la están grabando. Que sus palabras encabezarán la edición del telediario de ese día. Y quiere agradecer públicamente la ayuda de su entrenador... pero él no está. Se ha ido con el resto de acompañantes de Ruth a tomar cervezas:


01:30 "fui a decirle que le quería, y se había ido a tomar cervezas".

¿Y no es esto la vida? Es como Jennifer Lawrence cayéndose justo cuando va a recoger su Oscar. Como la novia que no sabe que su anillo de pedida está en el postre y se lo acaba comiendo. Como el concursante de Pasapalabra que falla la última letra. Los momentos que uno imagina con fanfarria y una banda sonora de John Williams acaban en bluf.

Dicen que el mundo se divide entre los que les gusta el Nesquick o el Cola Cao. Los que prefieren a los Beatles o a los Rolling. Café o Té. Y yo añado: aquellos que disfrutaban en su clase de gimnasia del colegio y los que hubiéramos preferido antes incluso una clase de matemáticas. Para los no deportistas, los esfuerzos de los olímpicos tienen mucho de misterio. Tú los miras desde el sofá de tu casa y no puedes evitar pensar: todo esto, total, ¿para qué?

Los grandes récords, los deportistas con fama y dinero, los que viven exclusivamente del deporte, son una minoría dentro de una masa de gente esforzada que se las apaña para trabajar y además entrenar. Todo para que el día clave sufras una lesión, el árbitro sea injusto o te toque el típico juez ruso que va a dar los diez puntos al equipo ruso. Mucho se les llena la boca a los comentaristas hablando del esfuerzo y muy poco hablan de ese elemento fundamental y escurridizo que es la suerte.

Por eso la historia de la gimnasta Carolina Rodríguez se merece una película. Una película de animación de Pixar. Rodríguez no es famosa, no protagoniza anuncios de Reebok, ni se ha llevado a casa una medalla olímpica... Ni falta que hace. Es una gimnasta veterana de estilo inconfundible, muy expresivo, acostumbrada a comunicarse con las manos porque sus padres son sordomudos. La descubre una entrenadora cuando tiene 7 años. Se hace olímpica, se va a un centro de alto rendimiento, participa en los juegos de Atenas... Lleva ya ocho años en el equipo nacional y deciden sustituirla por otra gimnasta. Carolina tiene 20 años y decide volver a su León natal. Allí su entrenadora de cuando era niña le dice que al menos se prepare para el campeonato nacional, para despedirse de la gimnasia de una forma más alegre. Lo hace tan bien que vuelven a llamarla de la selección, pero ella no quiere ir. No quiere separarse de su familia otra vez. Consigue ir a los juegos de Londres pese a una lesión y pese a entrenar por su cuenta. Queda decimocuarta. En los juegos de Río ya tiene 30 años y en un final que, ésta sí, se merece una música época de John Williams de fondo, logra el mejor puesto que ha conseguido nunca: séptima.

Y vosotros, ¿qué historia olímpica os ha llegado más a la patata?, ¿qué deporte es más aburrido de ver: la hípica o la vela?, ¿alguien colecciona los fascículos que salen en septiembre o son en realidad una tapadera de las editoriales para blanquear dinero?

Algo huele a podrido en Ferraz

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¿Sirve twitter para algo más allá que para comentar Eurovisión y hacer así más sobrellevable la sucesión de baladas con crescendo vocal final?  

Siempre he creído que no, hasta hace una semana. Entonces descubrí que twitter era muy útil para seguir la mejor serie de intriga política que he podido ver en los últimos tiempos. ¿House of cards?, ¿El ala oeste de la Casablanca?, ¿Veep? En absoluto. La crisis del PSOE.

Si hubo una época en la que parecía que la vida de los Borbones estaba guionizada por un escritor republicano, ahora parece que la estrategia política del PSOE está escaletada por otro guionista... militante del PP. 


Repasemos los hechos.  

El 15M, la abstención y que parte de sus votantes ahora prefieren a Podemos hacen que el PSOE pase por una mala racha. En las primarias sale elegido, contra todo pronóstico, un mozo de nombre insulso y pinta de galán: Pedro Sánchez. Su adversario es Eduardo Madina, un histórico que contaba con el apoyo de los "barones", los grandes nombres del partido. Pero, ojo, no todos los barones apoyan a Madina. Se dice, se comenta, se rumorea, que Susana Díaz, la baronesa de Andalucía (el bastión del PSOE) apoya a Sánchez. ¿Y por qué? Se dice, se comenta, se rumorea, que Susana está esperando su momento para hacerse con la secretaría general del partido y, mientras tanto, necesita a alguien de perfil bajo.

¿Perfil bajo? ¡Ja! Pedro está dispuesto a todo para hacerse notar. Va a cualquier programa a hacer lo que se tercie: encestar balones en "El hormiguero", jugarse la vida y de paso marcar huevada en "planeta Calleja", llamar en directo a "Sálvame"... Por el camino se lleva unas cuantas críticas y se dice, se cuenta, se rumorea, que sus compañeros de partido empiezan a estar un poco hartos de él. 

Llegan las elecciones y el PSOE sigue sin levantar cabeza. Cuando Rajoy dice que intentar pactar con otros para gobernar pa qué, si van a pasar de él, Pedro (Pdr en twitter) se lanza. A la hora de dialogar mira a derecha (Ciudadanos) e izquierda (Podemos) y opta por dialogar con Ciudadanos con los que pacta una serie de condiciones. Podemos no está de acuerdo y se esfuma la opción de Pedro de convertirse en el primer presidente guapo de la historia de la democracia. El país se queda sin gobierno y toca volver a votar.

Llegan las segundas elecciones y el PSOE sigue bajando. Pero el PP tampoco tiene suficientes votos para gobernar en solitario y no le basta con los votos de Ciudadanos. Necesita al PSOE. Pdr dice aquello de "no es no". Por lógica, decir no al PP implica dialogar con Podemos (y con IU y con todos los partidos nacionalistas que andan por ahí y que sumen) o habrá que ir a terceras elecciones, cosa que nadie (a excepción quizá de los fabricantes de urnas) quiere. Entonces habla el gurú, el barón de barones: Felipe González. Y suelta que se siente herido en sus sentimientos porque él habló un día con Pdr y le había dicho que iban a dejar gobernar al PP absteniéndose.

Se convoca una reunión extraordinaria del comité federal en Ferraz donde un grupo de críticos con Pdr quieren arrebatarle la secretaría general. Tras una tarde llena de discusiones por cosas tan profundas e importantes como quién puede usar el micrófono, el sector crítico logra su objetivo: Pdr ya no está al frente del PSOE, sino una gestora. Ahora bien, a día de hoy siguen sin aclarar si se van a abstener o no. No es que los que han depuesto a Pdr lo hayan hecho por estar en contra de pactar con Podemos, los hay que quieren mantener el "no" a Rajoy. Porque al final esto no es una rebelión basada en estrategias políticas, sino una rebelión por el poder, con sus amiguismos, sus vendettas... como en Hamlet, el Rey Lear o Macbeth. Y mientras acudimos al hundimiento de un partido político histórico, el resto del país está ocupado haciendo chistes en twitter. 


Ferraz se ha convertido en el escenario de una tragedia shakesperiana. Felipe González y Susana Díaz son los malos malísimos. Felipe González es como el rey Lear, que no encuentra a nadie digno de su legado. Susana Díaz sería una Lady Macbeth andaluza. En todo este drama de dimes y diretes, de quítate tú para ponerme yo y de dejenme hablar, que yo soy la máxima autoridad del partido... ¿quién es el bueno? Podría parecer que el bello Pdr, pero ya hemos visto que él, como Madina, lo que quiere es el puestazo, todos luchan por la corona... como en un drama shakesperiano. Como decían en Ricardo II:

Por Dios, sentémonos en tierra a contarnos historias tristes de la muerte de los reyes; depuestos unos, otros matados en la guerra o acosados por las sombras de sus víctimas o envenenados por sus esposas o muertos en el sueño, todos asesinados. Pues en la hueca corona que ciñe las sienes mortales de un rey, tiene su corte la Muerte.

Pero no estamos en el siglo XVII. Ya no hay duelos. Los venenos se detectan en las autopsias muy fácilmente. En la tragedia queda muy catártico que los ambiciosos sin escrúpulos mueran al final. En la vida real los ambiciosos no acaban así, sino que logran un puesto en el consejo de administración de Gas Natural o de Endesa. Quizá ésa sea la diferencia entre ficción y realidad.

Y vosotros, ¿quién creéis que es "el bueno" en toda esta historia?, ¿nadie en absoluto?, ¿o salvamos de la quema a Miquel Iceta porque nadie que baile con tanto sentimiento puede ser mala persona?

Last, but not least, os cuento que un texto mío, "empleo a primera vista" está representándose en Microteatro Madrid. Estará ahí todos los martes de octubre, desde las ocho de la tarde. ¡Vénganse todos!

Tengo un (mini) poder

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Os pareceré una radical. Una extremista. Una loca. Pero no puedo soportar ni una serie/película/trilogía grandilocuente de súper héroes más. Hay un momento en el que hay que decir basta. Como a las películas de la II guerra mundial o las escenas de persecuciones por el metro de cualquier gran ciudad. Ni una más. Estamos a una adaptación de DC cómics y dos de Marvel de acabar viendo a los Xmen en el jardín de infancia: "X-men, la búsqueda del chupete perdido".

Todos y cada uno de estos tipos embutidos en trajes rarunos tienen su película. Algunos hasta una saga. 

Y, sin embargo, hay un aspecto de los súper héroes que nadie, ni siquiera Nolan, ha explorado. Los poderes sobrenaturales existen, en esta realidad, en nosotros, sin necesidad de venir de un planeta de otra galaxia, ni de ser un mutante. Lo que pasa es que no son súper poderes, son mini poderes, poderes tontorrones, dones que no sirven para gran cosa. Todos tenemos uno, o incluso dos. Los hay muy prácticos, como encontrar aparcamiento con facilidad; los hay molestos, como el don para encontrarte con tu ex o la persona que te gusta justo cuando vas hecha un adefesio; y los hay tontorrones, como los míos. Porque tengo dos minipoderes. De uno ya hablé aquí.

El otro consiste en que provoco pasiones en la tercera edad. O mejor dicho, provocaba. Llegaba mayo, me ponía tirantes o vestidito corto y ya empezaban los mayores de 75 años a decirme preciosísimas cosas llenas de finura y clase como "qué corta vas" o "gua-pa" (curioso que guapa, para ser piropo, deba decirse así, en dos veces: "gua" por un lado, "pa" por el otro). En las últimas primaveras los señores vetustos han dejado de piropearme. No sé si porque mi grupo de fans ha muerto o porque yo me he hecho demasiado mayor para ellos, ¡ya parezco su hija más que su nieta y eso no puede ser!

Pero hoy mismo he comprobado que mi poder con la tercera edad continúa en plena forma, lo que pasa es que  ha evolucionado. Ahora funciona con las señoras mayores. Hace unos meses unos amigos me regalaron un bono para ir a un spa que hay cerca de mi casa:

El spa al que voy es como éste. Igual. Excepto porque hay muchísima más gente. Y porque no hay árboles alrededor. Y el agua está un poquito más verde.

Así que, aprovechando el festivo, allá que fuimos: las chanclas, la toalla, el gorro de baño, el gel, el champú, el bañador y yo. Que iba tan cargada que más que ir a pasar un rato en el agua calentita parecía que me iba de fin de semana al extranjero. Estaba yo tan a gusto rodeada de burbujas en el jacuzzi cuando entra una señora vetusta, se sienta al lado y me empieza a dar conversación. Pero no creáis que fue la típica conversación de persona mayor que se aburre y aprovecha que la mitad de los chorros no funcionan para darte una turra de dos minutos sobre el tema. No. Ella pasó de los chorros averiados al spa en sí, su antiguo dueño, sus actuales dueños y cuánto tiempo llevaba ella viniendo. De ahí hiló con el siguiente tema: los beneficios del agua termal en su salud. De ahí pasó al siguiente tema: problemas de salud de la gente de su edad y de ahí al siguiente: cómo le molestaba la manera en que le trataban los médicos y los trabajadores del centro de día al que antes iba:

- Si es que nos tratan como a niños. "Bonita", me dicen, y me explican las cosas despacio. Que no soy una niña. Yo esto no lo pensaba de joven, una no piensa en que va a envejecer, seguro que tú no lo piensas.

Siguió hilando temas: su pasado como enfermera, que la enfermería es bonita pero muy dura, que si la cantidad de niños que había visto morir, en esos féretros tan pequeños... todo mientras seguíamos rodeadas de las burbujas del jacuzzi. Por fin la señora me dijo "menudo tostón te estoy dando" y yo, por supuesto, le dije que "para nada". Ella siguió con sus temas hilados unos minutos más (lo bueno que era el baño turco, que era como una exfoliación natural, la decoración del otro spa de la misma cadena en Cuatro Caminos...) cuando encontré el momento de irme. Nos despedimos muy amigablemente y me acordé de ella durante los cinco minutos que aguanté el vapor del baño turco.

Acabé el circuito termal, me fui al vestuario... y allí otra señora vetusta me enganchó. Usó la misma técnica: hablar primero del spa con una pregunta aparentemente inofensiva. La suya fue: ¿hay mucha gente en el circuito? Contesto y ella aprovecha para hilar temas. Que si tenía un quiste sangrante (sea lo que sea eso) que si qué mal está la seguridad social, que si el diagnóstico se lo hizo por la privada porque aún tenía que esperar 3 meses a que la viera un especialista, que si cuidado no te dejes nada por aquí, que a mí una vez me intentaron robar el bolso, que si a una clienta de aquí le robaron los zapatos... Señora Vetusta 2 no se enrolló ni la mitad que Señora Vetusta 1, pero las dos tenían algo en común. No buscaban entablar conversación, no te dejaban meter baza... como mucho lograbas intercalar algún "ajá" entre sus frases. Ellas buscaban que las escucharan.

Y vosotros, ¿pensáis alguna vez en qué significa envejecer?, ¿os imagináis en el futuro como uno de estas ancianas deseosas de compartir sus achaques con cualquiera?, ¿o más bien como ancianos de los que piropean?, ¿cuál es vuestro mini poder?

Películas que nunca verás

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Trabajar como guionista tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

La mayor ventaja es trabajar en casa. En mi mente, el tiempo que gano por no tener que coger el cercanías, ni vestirme en condiciones luego lo empleo en ir a clases de baile. En mi mente. La realidad es que me paso el día en pijama, me cuesta la vida ponerme a escribir y cuando lo hago es espatarrada en el sofá y ya es demasiado tarde para ir a baile.

Podría ser yo, pero no soy yo. Mi gato es más blanco. Mi sofá está más roto y no me pongo vaqueros para estar por casa.

El mayor inconveniente de dedicarse al guión es toda esa cantidad de trabajo, de folios llenos de letritas en Times New Roman (o Courier) que nunca jamás verán la luz. La mayoría son iniciativas personales por las que no has recibido pago alguno. Pero también en la vida profesional se escriben cientos y miles de folios que se quedan en un cajón. El cajón de tu jefe. El cajón de la productora. El cajón de la cadena de televisión.

Levantar un proyecto, que de ser un guión pase a convertirse en una película, es tremendamente difícil. Es difícil hasta para gente como Kubrick, Chaplin o Mariano Ozores. En este artículo de El País se repasa una lista de famosos proyectos que nunca llegaron a realizarse. Por falta de presupuesto, porque el productor y el director no tenían en mente el mismo tipo de producto o porque los hados no quisieron. Y en algunos casos, nos alegramos de que esas películas no llegaran a la cartelera:

El señor de los anillos de Kubrick y los Beatles
Eran los años 60 y las drogas alucinógenas se tomaban como ahora la coca cola zero. Ésa es la única explicación que encuentro a la idea de que los Beatles interpretaran a los personajes principales de "El señor de los anillos" y los dirigiera Stanley Kubrick.

El código Aparinci de Esteso, Pajares y Ozores
Dejémonos de distancias irónicas y de reivindicaciones sin sentido. Las películas de Esteso y Pajares son malas. Malas-malas. Malas de solemnidad. Malas como las croquetas sin tropezones de Makro. Malas como una película alemana de mediodía. Pero eso es algo que ni Esteso, ni Pajares, ni Ozores, ni los millones de personas que acudían al cine a ver sus películas en los 80 pensaban. Llega el año 2006 y Mariano Ozores quiere rodar una parodia del Código Da Vinci (por eso lo del "Código Aparinci", ¿lo pilláis?) con sus dos musos. Los obvios problemas de "sustancias" de Pajares hacen que el proyecto se quede en eso. Qué pena #no.

Arrebato 2 de Medem e Iván Zulueta
"Arrebato" es LA película de culto española. Rara, poética, fascinante. El malditismo de "Arrebato" está a la altura del aura de tipo errático y loco de su director, Iván Zulueta. ¿Tiene sentido hacer una segunda parte de una película así? Y más aún, ¿la tiene que dirigir Medem?, ¿no había otro libre? En realidad,  la película que yo querría ver es la de los encuentros entre Zulueta y Medem. ¿De qué hablaban esos dos?

Sin embargo, es una auténtica pena que estas películas nunca llegaran a rodarse:

La regenta de Buñuel y Gassman
Tres grandes: el productor Emiliano Piedra, el director Luis Buñuel y el actor Vittorio Gassman. Juntos haciendo una versión de la Regenta que se rodaría en Oviedo. ¿Qué pudo salir mal? Pues que son los años 60 y Fraga (el ministro de información y turismo de la época) no quería que Buñuel grabara en España.

Las Cruzadas de Verhoeven y Schwarzenegger 
Los rodajes son como campamentos de verano. Cortos, intensos. Dentro se fraguan romances y amistades que suelen acabarse el último día de rodaje. Otras veces no es así. Y, en el rodaje de "Desafío total", Paul Verhoeven y Arnod Schwarzenegger se hicieron íntimos.

Aquí la prueba.

Esa amistad fue el germen de un proyecto titulado "las cruzadas", protagonizada por Arnold, dirigida por Paul y con un plantel de actores que incluiría a Robert Duvall, Jennifer Connelly o Charlton Heston haciendo de Papa. Al final, problemas de presupuesto y una bronca monumental entre Verhoeven y el productor llevaron a que todo quedara en agua de borrajas.

Luego hay otros proyectos que, por mucha curiosidad que nos produzcan, no tenían ni pies ni cabeza. Entendemos que se quedaran en el cajón:

Biopic de Edgar Allan Poe de Tim Burton y Michael Jackson
Habéis leído bien. Un biopic sobre Edgar Allan Poe que Michael Jackson quería hacer. Y cuando digo hacer quiero decir producir y PROTAGONIZAR. Protagonizar. O sea, protagonizar. Pro-ta-go-ni-zar. ¡Michael Jackson haciendo de Poe! Pero dejen a este pobre señor tranquilo en su lúgubre panteón, que debe estar harto de tanta adaptación lamentable de sus obras. Hubo un momento en que el proyecto estuvo en fase de desarrollo y hasta se habló de contratar a Tim Burton para dirigirla. "Tim Burton y Michael Jackson, por fin juntos", podría haber sido el slogan de la película.

El hombre que mató a Don Quijote de Terry Gilliam
Terry Gilliam no ha conseguido filmar su versión del Quijote y, la verdad, quizá no haga falta. Primero, porque ese proyecto está gafado. Problemas presupuestarios, enfermedad del protagonista, inclemencias meteorológicas...


Y segundo, porque ya ha generado un divertido documental: "Lost in La Mancha", sobre las peripecias de ese rodaje tan desafortunado que hasta sufrió riadas en el desierto de Las Bardenas. ¡Que es un desierto!, ¡que ahí no ha llovido nunca!

Ronny Rocket de David Lynch
Algo parecido puede decirse de la que iba a ser la segunda película de David Lynch. No sé si habéis visto la primera película de Lynch, "Cabeza borradora". Yo sí. En plan "sinopsis de cine" os puedo contar que es la historia de una mujer que da a luz un bebé que parece una cabeza de cordero de ésas que se hacen al horno. El bebé raro, como es lógico, hace cosas raras. Y eso es lo único lógico de la película. Bueno, pues "Ronny Rocket hace que "cabeza borradora" parezca una película comercial. Ésta era la idea: un enano sufre un accidente y desde entonces vive conectado a un aparato eléctrico y conoce a otra gente rara (qué difícil hacer sinopsis de películas de Lynch sin incluir la palabra "raro") como un detective que salta a otra dimensión cuando se queda parado sobre una pierna. Lynch, por una vez en la vida, tomó una decisión razonable, aparcó el proyecto y dirigió esa obra maestra que es "El hombre elefante". El guión no lo firmaba él, claro.

Y vosotros, de todos estos proyectos que nunca llegaron a hacerse, ¿cuál hubierais querido ver?, ¿cuál créeis que está mejor en la oscuridad del cajón?

Si Lapo Elkann no existiera, habría que inventarlo

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Hay personajes que, si no existieran, habría que inventarlos. Lola Flores, Carmina Ordónez... o el propio Lapo Elkann. Gente excéntrica, absurda, imprevisible, inserte su adjetivo aquí. Algo tienen que llaman a las noticias, no lo pueden evitar, es superior a ellos, lo de pasar inadvertidos, como que no.

¿Y quién es Lapo Elkann? Famosísimo en Italia y en medio Europa, pero no aquí. Una lástima. Yo creo que deberíamos adoptarle a él y a todo su clan: los Agnelli. Es más, no sólo deberíamos adoptarles, también adaptarles al formato miniserie. Dan para más, dan para toda una telenovela, pero en el formato miniserie hay más presupuesto y si algo tienen los Agnelli es dinero para aburrir. Y un destino trágico. Por favor. No hay cosa que guste más a una cadena de televisión que esa mezcla. Vasile, ya estás tardando, haz "los Agnelli" ya.

Lapo es famoso desde la cuna por ser nieto del dueño de la Fiat, el multimillonario Gianni Agnelli. En toda familia bien tiene que haber un nieto tarambana, y ése es Lapo:

Lapo de rosa fucsia.

Excéntrico, carismático y juerguista. Él era la cara joven de la Fiat, se ocupaba de las relaciones públicas mientras su hermano mayor, serio y discreto, se encargaba de los números. Hasta ahí, todo correcto. Lapo salía con Martina Stella, una famosa actriz italiana y su vida era cara y llamativa como un anuncio de Versace. Hasta que una mujer llama, asustadísima, a un hospital de Turín y dice que "tiene a alguien muy importante en casa sufriendo una sobredosis". Ese alguien es Lapo. Y la voz no es la de Martina, sino la de Donato Broco, una transexual de 53 años más conocida como Patrizia. Patrizia se hace una ronda por los "Sálvames" italianos contando que Lapo es un cliente habitual, todo un caballero que la trata divinamente y que la noche de autos estaban con otras dos transexuales y que la sobredosis se produjo por mezclar heroína y cocaína. Martina Stella confiesa a los medios que había roto con Lapo hacía unos meses.

Tras varios días en coma en el hospital, Lapo despierta y desaparece unos meses que pasa encerrado en una clínica de desintoxicación, la misma donde estuvo Kate Moss. Se recupera de sus adicciones y poco a poco vuelve a ocupar su sitio como it boy extravagante, funda su propia línea de moda y se compromete con la aristócrata, it girl, amiga de la realeza monegasca y guapísima Bianca Brandolini d'Adda. Así se gana su vuelta al Hola "después de varios años de juergas, descontrol y romances fugaces que le valieron el apodo de 'oveja descarriada' de los Agnelli", porque las palabras "cocaína", "heroína", "transexuales" y "prostitución" no existen en el Hola.

Lapo de rojo del que hace daño a la vista.

En una entrevista Lapo dice esto: "el destino, que es quien reparte las cartas de póker de la vida, me dio a mí una escalera de color. Pero no sé cómo jugar bien la mano, lo pierdo todo enseguida".

Y así es. No llega a casarse con Bianca y tras ella está con una colección de mujeres guapas, unas  modelos más jóvenes que él, otras mozas de familia bien... mi favorita de la ristra de novias de Lapo es Goga Ashkenazi. Millonaria de Kazajistán, celebró su 30 cumpleaños con un fiestorro en su mansión inglesa y dio la bienvenida a sus invitados con un vestido de cristales de Swarovski, mientras una muchacha se balanceaba desde un trapecio, y ella vertía vodka sobre esculturas de hielo de torsos desnudos. Después de saber esto, yo no voy a volver a celebrar una fiesta de cumpleaños en mi casa, con botellas de Brugal, coca cola y guacamole.

El noviazgo de Goga y Lapo hubiera dado para un reality, porque Goga suelta por esa boca grandes verdades de la vida como ésta: "No puedo casarme con alguien que sea mucho más pobre que yo, y eso elimina a muchos candidatos. Los hombres nunca te perdonan tus éxitos, a menos que sean menores que los suyos. Además, debe de ser mayor de 40, porque más jóvenes son inmaduros, y menor de 50, que si no me aburro". Pero, oh sorpresa, la millonaria y el millonario rompieron y Lapo siguió enlazando bellezas. Hasta que llegamos a noviembre de 2016.

Lapo de azul, de verde, de un color que no sé cómo llamar, de celeste, de naranja y de turquesa.

Los Agnelli-Elkann reciben la llamada de Lapo diciendo que está secuestrado y que deben pagar 10.000 dólares. Como en todas esas películas que todos hemos visto, la familia organiza junto a la policía la entrega de dinero. Pero antes de saber cómo continúa esta historia pensemos durante un instante: ¿10.000 dólares?, ¿secuestras al heredero de la Fiat y pides calderilla?

Lo que verdaderamente había pasado es que Lapo, tras unos días de juerga, drogas, acompañado de (sí, lo habéis adivinado) una prostituta transexual, se queda sin un céntimo y, puesto hasta las orejas y con las neuronas funcionando a medio gas, pergeña este plan tan absurdo que acaba por llevarlo a la cárcel detenido por falsa denuncia.

¿Cuál será la próxima andanza de Lapo?, ¿puede haber mejor celebración de cumpleaños que la de Goga Ashkenazi?, ¿dónde está Kazajistán?, ¿qué otro personaje, aparte de Lapo, creéis que de no existir habría que inventarlo? Contadme...

¿Winona nominada?

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Dicen que la entrega de los Globos de Oro es más espontánea y relajada que los Oscar porque no es una gala sino una cena, ¿y qué hay en las cenas?: bebercio. Aunque este año el alcohol comenzó a servirse mucho antes de la entrega de premios. Ya el día de las nominaciones los señores de la Asociación de la Prensa Extranjera (que son quienes votan estos premios) le estaban dando al frasco y allá por la tercera copa, cuando te crees que vas bien, pero para nada, dijeron: "venga, no hay huevos de nominar a Winona Ryder". Y al día siguiente, con toda la resaca, vieron que sí que lo habían hecho: mejor actriz por la serie "stranger things".

Afortunadamente, no se ha llevado el globo de oro. Ha sido Claire Foy por "The crown", una serie también de Netflix y de la que todos hablan muy bien pero... no la he visto. De hecho "ésa tampoco la he visto" es la frase que más se repite cuando una repasa la lista de premiados de anoche. La gran mayoría de las películas ni siquiera se han estrenado aún ("La la land", "Moonlight", "Manchester by the sea", "Fences"...). Así que tendremos que mirar la lista de premiados de televisión: "the crown" (no), "the night manager" (tampoco), "Atlanta" (nop), "Westworld"... ¡sí! Y me encanta, pero no se ha llevado ni los buenos días. Bueno, yo lo he intentado. Hablemos de ropa.

Medalla de bronce, de oro y de plata.


El brilli-brilli triunfó cosa mala. Ahí estaba Kerry Washington vestida de Ferrero Rocher, Millie Bobby Brown ("Stranger things") demostrando que posa mejor a sus (¿doce?, ¿trece años?) de lo que lo haré yo en la vida y la guapérrima Priyanka Chopra ("Quantico") luciendo brillos y escotazo. No puede haber entrega de premios sin escotes hasta el ombligo y este año había para aburrir. Aquí uno. Aquí, otro. Anda, ¡otro más!

Tambien hubo mucho amarillo, ¿por qué?, ¿¡¿por qué?!?!:

Amarillo batido de vainilla, amarillo polo de limón y amarillo bote de mostaza.

Amigas, si el amarillo mostaza queda mal incluso a Natalie Portman, ¿no deberíamos hacer algo al respecto? No sé... ¿prohibirlo? Reese Whiterspoon (escribir bien su apellido a la primera convalida el First Certificate) y Viola Davis iban guapas, pero con cualquier color que pudiera llevar la reina de Inglaterra es cantoso. Esto es así.

Seré mala persona, pero ver a Natalie Portman un poco menos bellísima de lo habitual, mola. Es como quien se compra el especial Argh del Cuore para ver que las famosas también tienen celulitis. No es el sentimiento más noble sobre la faz de la tierra, pero oye, da trabajo a la redacción del Cuore. Por eso sentí cierta alegría perversa al ver a Jessica Chastain con esta cosa horrenda:


Hasta Amy Adams iba un poco mñé, envuelta en un vinilo de esos que decoran los salones.

Aunque para mñé, este rollo princesa Disney con sobredosis de azúcar y frosting de fresa de Felicity Jones y Lilly Collins:

He visto pastelerías con cupcakes más sobrios.

Nicole Kidman, dentro del mundo princesas Disney, optó por ser un personaje de "Frozen". No sólo iba vestida de reina de las nieves, sino que su cara estaba más helada que nunca. ¿Será que es amiga de Sofía Mazagatos y ella le ha contado su secreto de belleza: meter la cabeza en el congelador unos minutos? Podría ser.  Si Rebeca "duro de pelar" es prima de Benicio del Toro, ¿por qué no iban a ser amigas Nicole Kidman y Sofía Mazagatos?:


Drew Barrymore iba de ángel de abeto de Navidad. Me la puedo imaginar coronando el abeto gigante del Rockefeller Centre. Michelle Williams, de profesión lánguida, iba muy ídem. La imagino como una de esas actrices que abrirá una tienda de productos ecológicos si dejan de contratarla al cumplir los 40 años, de las que dicen que le están pasando "cosas bonitas con gente bonita", que te abraza con sentimiento cada vez que te ve, aunque luego no recuerde tu nombre.

En cuanto a los hombres, hubo mucho soserío. Trajes oscuros, pajaritas, bla, bla, bla... Y más vale no salirse de eso o te tomarán por un camarero, como a Jeremy Renner. Daniel Glover innovó y se plantó un traje de terciopelo que parecía el tapizado del sofá de su abuela. Aunque para innovador, Pharrell Williams a lo príncipe hindú.

¿Y quiénes fueron las más elegantes? Me gustó mucho el vestido de Anna Kendrick pero, quizá por el tirante asimétrico, parecía que tenía una teta más arriba que la otra. Sophie Turner (Juego de tronos) iba original pero... no sé, aún no he decidido si su vestido me gusta o me espanta. Pour moi, ellas tres iban sembradas:


Emma Stone ha tenido días mejores, el rollo estrellitas por el vestido que parece que las has ido pegando en clase de plástica... no me convence del todo. Me gusta más el vestido con flecos de Gina Rodríguez, no le hace justicia la foto, en vídeo se apreciaba mejor lo bonito que era. Last, but not least, Evan Rachel Wood con un traje de chaqueta reprecioso.

Y a vosotros, ¿os encanta u os espanta el vestido de Sophie Turner?, ¿me podéis asegurar que "the crown" no es el muermo que parece?, ¿Winona en "stranger things" no os parece Joaquín Reyes haciendo de Winona Ryder?, ¿habéis visto ya "Westworld"?, ¿no?, ¿a qué estáis esperando?

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¿En qué momento una persona original, con carisma y personalidad, acaba por convertirse en una parodia de sí mismo?

Ni idea. Deberíamos preguntárselo a Pérez Reverte, a quien cada día cuesta más distinguirlo de la versión chanante de él que hizo Joaquín Reyes. Aquí Joaquín, aquí Arturo. Encuentren las siete diferencias. Joaquín Pérez Reverte dice que "hasta su pashmina es viril", Arturo Pérez Reverte dice que "los yihadistas ganarán porque tienen cojones". Si es que Arturo lo pone tan fácil que hasta alguien ha creado un perfil falso en twitter:


Los personajes excesivos, poco conscientes de que cada día que pasa se están desatando más, son quienes protagonizan "Urban myths" la serie/comedia/farsa que se ha hecho en los USA recreando leyendas urbanas que involucraron a gentes variadas: de Elizabeth Taylor a Dalí, pasando por Michael Jackson, Marlon Brando... La idea es buena... hasta que ves el trailer y ves que parece un descarte de los testimonios de Muchachada Nui.

El capítulo que más polémica ha causado es el dedicado a un supuesto viaje en coche que Marlon Brando, Liz Taylor y Michael Jackson realizaron en el día del 11-S. La familia Jackson se ha quejado y parece ser que ese episodio en concreto no se emitirá.  Pero a mí hay otro momento (y esta vez real) que me gustaría ver. El día en que Jackson llamó a un pintor, David Nordhal, y le pidió que se convirtiera en su retratista personal. Igual que los reyes absolutistas tenían a gente como Velázquez, Goya o David, Jackson tenía a Nordhal haciendo cosas como ésta:

Sir Michael Jackson dispuesto a conquistar el imperio austro-húngaro.

Jackson quedó tan contento con la obra del pintor que se vino arriba. Encargó más cuadros a Nordhal y también a otros artistas. Michael como caballero medieval, Michael como emperador, Michael como dios griego... Encargó una estatua de sí mismo vestido como Batman. Encargó tunear un carrito de golf añadiendo un dibujo de él vestido como Peter Pan. La obsesión de Jackson por sí mismo recuerda al personaje de Ben Stiller en esa película tan infame que es "cuestión de pelotas". Inciso: como bien dijo una vez Loque, todas las películas que acaban en "... de pelotas" son un horror. Probablemente el gremio de traductores, obligados a ver y traducir películas espantosas quieren evitarnos pasar por lo mismo y nos avisan así. Volviendo al asunto, "cuestión de pelotas" y el cuadro que decora el despacho del magnate de los gimnasios que interpreta Ben Stiller, un ex gordo ahora convertido en cachas que recibe a todos en su despacho con un óleo de él a pecho descubierto luchando con un toro.

Tras retratar a Michael Jackson como caballero medieval en brillante armadura, como Apolo rodeado de cupidos, como Peter Pan... David Nordahl se inspiró en algo muy de la estética de Michael: la revista "Atalaya", de los testigos de Jehová:


Si tuvierais una cantidad indecente de dinero, megalomanía y ninguna capacidad de autocrítica, ¿qué tipo de cuadro encargaríais a vuestro retratista personal? ¿Uno ecuestre con armadura y caballo con melena ondulada al viento a lo conde duque de Olivares?, ¿vuestra propia coronación como emperador del universo, a lo Napoleón?, ¿un desnudo mitológico, por supuesto con todo en su sitio y, una vez más, melena ondulante al viento, a lo Venus de Boticcelli? Contadme.

Last, but not least, hace unos meses gané el concurso de relatos de ciencia ficción "Universidad y ciencia" de la universidad de Málaga. Si os apetece leer mi relatito, "pros y contras de inventar la máquina del tiempo", haced clic.

Los Goya, ese campo de nabos

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Hace años (pocos, poquísimos) cuando acababa de instalarme en Madrid, me sorprendió mucho una expresión que en mi pueblo no se estilaba: "campo de nabos". En aquella época la expresión se usaba sobre todo para referirse a los bares llenos de chicos y el que lo decía en general lo acompañaba de un suspiro de frustración, tal que así: "tío, vaya mierda, el garito era un campo de nabos" (suspiro).

Pues bien, el cine es un campo de nabos. Mirad las películas nominadas anoche: "Tarde para la ira", "El hombre de las mil caras", "1898", "Que Dios nos perdone". Todas dirigidas por hombres, todas escritas por hombres (excepto "Que Dios nos perdone", coescrita con una guionista), todas protagonizadas por hombres y todas rezumando testosterona. En el caso de "1898, los últimos de Filipinas" está justificado, es una película bélica e histórica, está claro que no habría muchas mujeres por allí. Pero, ¿no da que pensar que en todas las demás películas las mujeres queden reducidas a interés amoroso del protagonista con un par de frasecitas y ya? Mirad la filmografía de un director tan asentado, tan prestigioso, como Alberto Rodríguez. Un campo de nabos. Y, francamente, no creo que él haya caído en ese detalle, ni que ver a Dani Rovira llevando tacones le haya hecho recapacitar. Ni a él, ni al resto de la industria.

Pero ya sabéis que el ya clásico artículo después de los Goya está dedicado más a la tontería y los trapos que a temas serios y hay muchas fotos que subir... Así que, al lío:

¿Qué es eso que llevas puesto, Álex García?, ¿un batín de terciopelo?, ¿un kimono? Y sí, el de la derecha es el niño de "Aída", que se nos ha hecho mayor.

Anoche soplaba mucho viento en Madrid, y se dice que las inmediaciones del hotel auditorio Marriott, donde se celebraba la gala, se llenaron de plumas negras. ¿Era una performance?, ¿un evento publicitario? No. La responsable es Paz Vega:

María León de Caponata white y Paz Vega de Caponata dark.

Cualquiera que haya visto "Say yes to the dress" (o "El vestido de tu boda: Atlanta" o "Novias de Beverly Hills") sabrá que las plumas generan controversia. O las amas, o las odias. O piensas que es el colmo de la originalidad o te hace pensar en la gallina Caponata. En el caso de María León, esa especie de plumitas ni siquiera parecía una especie de plumitas, sino más bien hilos, y su vestido acaba recordando a ese albornoz que tu gato ha dejado destrozado.

Pero lo que más se vio en la alfombra roja de anoche fueron vestidos blancos.Vestidos blancos sencillos y minimalistas, o con flores, o con transparencias... Mucho blanco. Venga blanco. Que aquello parecía "Say yes to the dress". Mi amiga F. dice que tanto vestido de princesita le aburría y que por eso le gustaba el modelo de Bárbara Lennie. No estoy de acuerdo. Bárbara parecía una trapecista:

El circo Raluy llega a la ciudad. 

Y Candela Peña, la maestra de ceremonias del circo. O la domadora, no lo tengo claro.

Hubo algunas que innovaron y decidieron no ir de princesas/novias. Es el caso de Ana Belén y Nieves Álvarez (la Heidi Klum patria, que no se pierde una alfombra roja) que decidieron ir de estatua humana, homenajeando a las que pueblan la puerta del Sol. Ana Belén con un vestido de Josep Font para DelPozo que los expertos en moda dirán que "jugaba con los volúmenes". A mí me recordaba a los disfraces de papel pinocho que nos hacían nuestras sufridas madres cuando tocaba fiesta del colegio y había que disfrazarse de árbol:

¿Se sentó en algún momento Nieves Álvarez?, ¿podía ver algo?, ¿o precisamente lo que quería era no ver la gala?

En cuanto al vestido de Nieves Álvarez... seguro que en Telva y Hola dirán que qué elegante el blanco y negro y que "qué bien defendía" el vestido. Inciso: me fascina el uso de la palabra "defender" hablando de un vestido. ¿Defenderlo de qué, de quién?, ¿por qué? (fin del inciso). Pese a lo que digan la Telva y el Hola, a mí el vestido de Nieves Álvarez me parece el mismo que ha llevado todos los Goya de los últimos años, un vestido largo negro, entallado, rematado con algo grande y aparatoso que algunos años parecía una flor, otros un edificio de Calatrava y este año un kleenex gigante.

Qué fácil es criticar, ¿no? En pijama, tirada en el sofá, comiendo pistachos mientras veo la gala. Pero, ¿qué me pondría yo si fuera invitada a la gala? Pues me pondría algo así:

Si yo fuera una actriz invitada a los Goya iría enseñando hasta el carnet de identidad.

Otra cosa es que cupiera dentro, claro. Pero estamos teorizando, ¿no? Pues puestos a fantasear no sólo me invitan a la gala, sino que yo tengo una talla 36 y me quedan divinamente los escotes imposibles.

Aunque, en el mundo real, veo más posibilidades de acabar yendo a los Goya como Anabel Alonso, que probablemente se probó varios vestidos que eran maravillosos en la percha, se desmoralizó y decidió ponerse lo que lució en el bautizo de su sobrino:


En cuanto al modelito de Cristina Rodríguez, directora de vestuario de toda la vida, aunque ahora sea más conocida por el programa "Cámbiame", no sé si es un homenaje a Victor o Victoria o a la Nocilla de dos sabores (como decía Ana Morgade en twitter).

¿Y quiénes me gustaron más? Pues estas dos mozas. Paula Echevarría de tul rojo e Hiba Abouk con un vestido que se daba un aire a los diseños de Missoni, aunque era de Azzedine Alaïa.


Y vosotros, ¿habéis defendido algún vestido alguna vez?, si es así, ¿podéis decirme de qué o quién habéis defendido al desvalido vestido?, ¿sois pro o anti plumas?, ¿qué era lo que llevaba puesto Álex García?, ¿era necesario el momento tacones de Dani Rovira?

Contadme...

"Descatalogado", esa palabra maldita

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Hay palabras que provocan alegría inmediata, como "croquetas" o "gratis". Otras, sin embargo, sólo traen tristeza y desesperanza como "descatalogado". Un ejemplo: te has leído en la biblioteca un libro editado hace tiempo, lo ha hecho con la intención de documentarte porque llevas dos años de tu vida trabajando en series históricas y resulta que el libro en cuestión te parece lo más. Así que lo buscas en ese lugar que lo tiene todo en cuanto a libros de segunda mano: Iberlibro. Y entonces va Iberlibro y te da la aciaga noticia, suelta esa palabra triste como pocas: descatalogado.

Eso me pasó hace más de un año con "El siglo de los cirujanos" de Jürgen Thorwald, imposible de encontrar, a no ser que quisieras pagar mil euros a un avispado vendedor a través de ebay. Entonces, oh albricias, me entero de que reeditan el libro:

 Gracias, editorial Ariel.

"El siglo de los cirujanos", obviamente, es un libro sobre cirugía. Pero si sólo fuera un libro sobre medicina no tendría el éxito que ha tenido desde que se editó por primera vez, en el año 1956. En realidad es una historia del progreso, llena de esforzados científicos que tuvieron que luchar contra las ideas preconcebidas de su época, ideas que ahora nos parecen auténticas bobadas, como ésa que aseguraba que no hacía ninguna falta lavarse las manos antes de acometer una cirugía. El libro de Thorwald habla de cómo se descubrieron las bases de la medicina moderna; el uso de la anestesia, la importancia de la higiene, la práctica de cesáreas...

"El siglo de los cirujanos" comienza narrando cómo se practicó la extracción de un tumor quístico tan grande que el doctor McDowell, al verlo, pensó por un momento que su paciente estaba embarazada de 11 meses. La mujer, Jane Crawford, estaba dispuesta a llegar hasta el final: "córtelo usted... yo aguanto mucho el dolor", le dijo al médico rural, que procedió a intentar extraerle el tumor mientras en el exterior, el sheriff y la mitad del pueblo perdido en medio de Kentucky querían tirar la puerta abajo e impedir una operación que, de tan arriesgada, sólo podía llevar a la muerte. Esto es empezar fuerte, ¿no?

Pero mi historia favorita de las muchas que cuenta "el siglo de los cirujanos" es la del descubrimiento de la anestesia. A principios del siglo XIX se conocía la existencia del óxido nitroso y se sabía de algunos de sus efectos. Se le conocía como "gas hilarante" o "gas de la alegría" y había espectáculos muy populares donde el público ("sólo se permite inhalar el gas a caballeros de la más alta distinción", decían los anuncios) aspiraba el óxido nitroso y hacía el ridículo ante los demás. 
  No existían los Morancos, pero sí el gas de la risa.
 
Entre los espectadores de la exhibición había un dentista, Horace Wells, que se fijó en algo que pasó desapercibido a todos los demás. Uno de los voluntarios que inhaló el gas de la risa se rompió la pierna en pleno espectáculo. Wells oyó claramente el crujido... pero el hombre en cuestión no parecía sentirlo. Wells entonces tuvo una revelación: el gas no sólo eliminaba la vergüenza de la gente, también el dolor.

A partir de ese momento Wells empezó a investigar, y también a obsesionarse. Experimentó consigo mismo decenas de veces y luego empezó a extraer muelas de sus pacientes... ¡sin dolor!  Wells se convirtió en el dentista más exitoso de su ciudad, pero él creía que su descubrimiento podía revolucionar la medicina y no paró hasta lograr hacer una demostración en el Massachusets General Hospital, rodeado de médicos y estudiantes. Era 1845. El tímido Wells se enfrentó a una audiencia en contra, convencida de que él era un farsante. Hasta entonces se habían intentado muchos métodos para mitigar el dolor en las operaciones quirúrgicas: opio, cáñamo, mandrágora... Nada había funcionado y se había enraizado una idea entre la comunidad médica: el dolor no se podía quitar. Punto.

Horace se dispuso a extraer una muela a un paciente ante su auditorio, en la arena del hospital general:

"The Knick" nos parece gore, pero probablemente se quede corta respecto a la realidad.

El paciente en cuestión era un hombre corpulento, obeso y alcohólico. Wells no lo sabía entonces, pero esas características explicaban lo que pasó después. El dentista dio al paciente la dosis habitual de óxido nitroso, le quitó la muela... y el hombre gritó de dolor. Wells no daba crédito. El público se rió, acusó a Horace de ser un farsante y él se marchó sin entender qué había fallado. Pero había alguien en el público que no se reía: William Morton. Dentista como Wells, tomó nota de lo que éste había hecho, investigará por su cuenta y dos años más tarde ayuda a extraer un pequeño tumor de un paciente cuyas características físicas (bajo y delgado) ayudaron a que fuera un éxito. Morton, espabilado, se negaba a decir qué tipo de gas usaba, quería mantener el misterio, ser el único en usarlo y, por tanto, ser el único en beneficiarse económicamente. Wells, por supuesto, reaccionó y escribió decenas de cartas asegurando que él había sido el primero en usar anestésico, no Morton.

Comienza entonces una odisea para Wells, obsesionado como nunca, cada vez más solo, empeñado en reclamar lo que era suyo, enganchado al éter y al alcohol. Pero Morton es quien se estaba llevando el mérito, y Wells acaba suicidándose. Morton calla que el "misterioso" gas que usa es éter, descubierto hace ya mucho tiempo, aunque, como el óxido nitroso, se desconocía su efecto como anestésico. Pronto otros médicos descubren los usos del éter y la anestesia generaliza. Toda una revolución y un avance de la ciencia, que ríete tú del smart phone...

En cuanto a Morton, el tiempo lo puso en su sitio, acabó sus días arruinado tras endeudarse en pleitos legales sobre la autoría de su supuesta fórmula para la anestesia. El tiempo, sin embargo, llegó tarde para Wells.

Y vosotros, ¿también habéis sufrido por culpa de esa maldita palabra, "descatalogado"?




¿Pero al final quién ha ganado el Óscar?

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¿Lion?, ¿Vaiana?, ¿Tarde para la ira?

Imagino a esa gente que ha aguantado la gala enterita, que está cabeceando de sueño (como yo en la sala de cine cuando vi "Moonlight"), que hace un esfuerzo por mantener los ojos abiertos cuando ve a esas dos momias estrellas, Warren Beatty y Faye Dunaway decir que el Óscar es para... "La la land". Ay, no, espera, que no, que nos han dado mal el sobre, que es para "Moonlight".

Cómo son estos americanos, cómo saben hacer espectáculo de todo, ¿eh?

Pero ya sabéis que aquí no vamos a hablar de las películas, más que nada porque yo siempre voy con retraso. Figuraos que la semana pasada ví "El renacido" (también me dio sueño)... así que calculo que para el 2025 habré visto las películas de este año. Hablemos mejor de trapos.


¿Sabéis ese espantoso anuncio de perfumes en el que Cate Blanchett dice sí a la vida, sí al amor, sí a la belleza...? Pues Janelle Monáe también dijo sí. Sí a las transparencias, sí a la plata, sí a un anillo en cada dedo, sí al miriñaque, sí a la diadema, ¡sí a todo! Al lado de Janelle, Hailee Steinfeld parece sencillita con ese vestido tan grande que no cabe ni en la foto.

Después de ver el vestido-con-abosolutamente-todo pensaréis que en la sencillez está la respuesta. Pues tampoco.

Me aburroooooo.

Kirsten Dunst y Alicia Vikander aburridísimas de negro. Julianne ha tenido días mejores, pero su vestido, dentro del soserío, es precioso, y ella es lo más, siempre.

El color de esta alfombra roja fue ése, el rojo:

Las fotos no hacen justicia estos tres modelazos, el rojo de los vestidos se empasta con el de la alfombra, pero Ruth Negga y Viola Davis estaban guapérrimas. Ginnifer Goodwin también llevaba un vestidazo, pero ese corte de pelo a lo Jo en "Mujercitas" rapándose para vender su melena, pues mira, no. Además, ¿qué clase de nombre es Ginnifer?, ¿es Jennifer?, ¿como Giménez y Jiménez?, ¿o más bien como Letizia decidiendo que su nombre se escribirá con zeta y no con ce?

Pero volvamos a lo nuestro. Los vestidos. El rojo fuertecito triunfó, y los flecos y el rollo años veinte también:



Mamá cómprame unas botas, que éstas están rotas de tanto bailar. Charlestón, charlestón, cómo alegra mi corazón...

Emma Stone es tan mona, tan adorable, tan guapa y tan perfecta que debería dar rabia, pero es tan dulce que ni siquiera dan ganas de tenerle manía. La muchacha de al lado es Olivia Culpo, ex miss Universo y también aficionada a los flecos.

¿Quién le ha dicho a Scarlett Johansson que cortarse el pelo a lo Zach, el de "salvados por la campana" es buena idea?:

Ese pelo es mal, Scarlett. Y lo tuyo, Dakota... buf, no sé ni por dónde empezar.

Dakota Jonhson hizo un homenaje a su madre y le cogió un vestido de cuando Melanie Griffith triunfaba, allá por los 80Hombreras, un lazo ahí en medio, un collar también en medio y esa cara de entusiasmo y alegría que Dakota Johnson lleva allá donde va.

Está claro que no es fácil vestirse para la alfombra roja, me imagino a una actriz rodeada de un equipo de estilistas, maquilladores, asesores... todos opinanado y la actriz al final diciendo: mira, que paso, que voy a ir a los Oscar en pijama y con mis zapatillas de estar por casa. Sería maravilloso. Pero de momento nos conformamos con Terrence Howard en bata de lord inglés, de esos que se toman un brandy en la biblioteca de su mansión. 

Quizá por eso Meryl Streep optó por vestirse como su personaje en su próxima película, un biopic sobre María Teresa Campos:

¿Bardem no lleva siempre el mismo traje en todos los eventos: los Óscar, los Goya, el bautizo de sus sobrinos?

Hace un tiempo, hablando con mi amiga F. de "Westworld" ella me confesó que le gustaba Ed Harris, y no que le gustaba en plan "qué gran actor" o "qué elegante", no, no... que le ponía. Quizá ha llegado el momento de instaurar una nueva categoría de YILF (yayos i would love to fuck) y en esa improbable categoría, yo añado a Jeff Bridges. No sé cuántos años tendrá (de hecho, prefiero no saberlo) pero quien tuvo retuvo, vaya que si retuvo. Será eso de dormir ocho horas, beber mucha agua, yo no hago nada, es la genética... Aunque la genética a veces es cabrona, caprichosa:

Ejercicio de agudeza visual, ¿quiénes son las personas que acompañan a Chris Evans y Viggo Mortensen?, ¿sus agentes de prensa?, ¿compañeros de equipo en sus últimas películas?, ¿presidentes de sus clubs de fans?:

 No. No. Y no. Ella es la hermana de Evans y él es el hijo de Mortensen.

Y vosotros, lectores de mis entretelas, ¿se os ocurre algún otro ejemplo de crueldad genética?, ¿tenéis algún/alguna YILF en mente?, ¿por qué Isabelle Huppert tiene esa gesto de desprecio profundo por toda la humanidad?, ¿vosotros también os dormisteis con "Moonlight" y "el renacido" o soy yo que me ha picado la mosca tsé-tsé y no me he enterado?
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