Dicen que lo peor es la indiferencia. Que lo bueno es provocar una emoción, sea la que sea. Pero, ¿esto se aplica a una película también?, ¿más vale la indiferencia que esas ganas de ir al taquillero, cogerle por las solapas y exigirle tus 9 euros, 6 el día del espectador? Para evitar que acabéis detenidos en el cuartelillo acusados de agresión a un empleado de multicines, os tengo preparada una táctica que suele funcionar y que se compone de 3 sencillos pasos:
Paso 1. Encontrar películas termómetro, esas que te han provocado un odio encendido. Un cabreo de 40 grados centígrados.
Paso 2. Consultar a amigos/críticos/familiares sus opiniones sobre la película termómetro en cuestión.
Paso 3. Si resulta que son fans de la película termómetro que has elegido, y además les ha gustado una de la cartelera que no sabías si ir a ver, entonces ya tienes tu decisión ¡9 euros ahorrados!
Yo suelo usar como termómetro al crítico de Jenesaispop. Si al tal Joric le gusta una película, ya sé que a mí me va a horrorizar. Pero, por si resulta que yo soy vuestra némesis, ahí van algunas películas termómetro que utilizo como baremo:
Paso 1. Encontrar películas termómetro, esas que te han provocado un odio encendido. Un cabreo de 40 grados centígrados.
Paso 2. Consultar a amigos/críticos/familiares sus opiniones sobre la película termómetro en cuestión.
Paso 3. Si resulta que son fans de la película termómetro que has elegido, y además les ha gustado una de la cartelera que no sabías si ir a ver, entonces ya tienes tu decisión ¡9 euros ahorrados!
Yo suelo usar como termómetro al crítico de Jenesaispop. Si al tal Joric le gusta una película, ya sé que a mí me va a horrorizar. Pero, por si resulta que yo soy vuestra némesis, ahí van algunas películas termómetro que utilizo como baremo:
El árbol de la vida
¿Tenéis problemas de insomnio? ¿Habéis probado todos los métodos posibles para conciliar el sueño?, ¿ni contar ovejas, ni la valeriana, ni los relajantes musculares hacen efecto? Probad a ver "El árbol de la vida". En 15 minutos, o puede que 20, cuando hacen un flash back por el que pasas de ver a Brad Pitt a ver el nacimiento del mundo (sí, amigos, un flash back de 4.500 millones de años), estaréis dormiditos.
¿Tenéis problemas de insomnio? ¿Habéis probado todos los métodos posibles para conciliar el sueño?, ¿ni contar ovejas, ni la valeriana, ni los relajantes musculares hacen efecto? Probad a ver "El árbol de la vida". En 15 minutos, o puede que 20, cuando hacen un flash back por el que pasas de ver a Brad Pitt a ver el nacimiento del mundo (sí, amigos, un flash back de 4.500 millones de años), estaréis dormiditos.
El árbol de la vida dura 139 minutos y se libra por los pelos de ser una película al peso. Las películas al peso son esas que duran más de 3 horas. Los críticos más sesudos suelen adorarlas, probablemente porque se han quedado dormidos en la primera mitad o porque hacen como mis profesores del instituto, que les daba cosa suspender al que había rellenado 7 folios en el examen de historia moderna de España, pero ponían un 0 como una casa al que había tenido la honestidad de dejar el examen en blanco.
Pero cuando acaba la película al peso y crees que esas tres horas hubieran estado mejor empleadas en algo tan poco apetecible como limpiar la campana extractora de tu cocina, entonces es que se merece un suspenso. Como sucede en The master.
Pero cuando acaba la película al peso y crees que esas tres horas hubieran estado mejor empleadas en algo tan poco apetecible como limpiar la campana extractora de tu cocina, entonces es que se merece un suspenso. Como sucede en The master.
Joaquin Phoenix tiene chepa.
Bestias del sur salvaje provoca un cabreo diferente al de los largometrajes largos y, además, soporíferos.
Vas a verla pensando que es una joya del cine independiente, que mezcla géneros, que es original, diferente, sensible... porque eso es lo que dicen los críticos. Y dura 90 minutos, ¡seguro que hasta es entretenida! Pero no. Resulta que es pedante, pretenciosa, tan poética como podría serlo un editorial de moda del Vogue ambientado en el Nueva Orleans post Katrina. Y además su guión tiene más agujeros que un queso Gruyere. Entonces, ¿a cuento de qué tanta buena crítica?, ¿es que todos eran padres recientes y se les disparaban las hormonas en cuanto veían a la protagonista?
Vas a verla pensando que es una joya del cine independiente, que mezcla géneros, que es original, diferente, sensible... porque eso es lo que dicen los críticos. Y dura 90 minutos, ¡seguro que hasta es entretenida! Pero no. Resulta que es pedante, pretenciosa, tan poética como podría serlo un editorial de moda del Vogue ambientado en el Nueva Orleans post Katrina. Y además su guión tiene más agujeros que un queso Gruyere. Entonces, ¿a cuento de qué tanta buena crítica?, ¿es que todos eran padres recientes y se les disparaban las hormonas en cuanto veían a la protagonista?
Bestias del sur salvaje ganaría mucho si fuera un primer plano secuencia de esta monería.
O quizá las productoras de cine americanas (las españolas fijo que no, que por no hacer, ni hacen cenas de Navidad a sus trabajadores) son como las farmacéuticas, y para ganarse el favor de los críticos les pagan un viajecito. En este caso, un viaje a Nueva Orleans.
Será manía de guionista, pero yo lo que quiero es que me cuenten una historia. Las imágenes bonitas porque sí las aguanto el tiempo que dura un publirreportaje. Menos mal que Lost in translation la vi en casa, que si la llego a ver en el cine... Yo siempre sospecho de las películas que se parecen más a un anuncio de perfume que a una película normal, con personajes que hacen cosas, que tienen sangre en las venas. Aunque eso está demodé, está out, no es cool. Mejor gente lánguida, que mira por la ventana y suspira porque está así como depre, aunque no sabe muy bien porqué.
Será manía de guionista, pero yo lo que quiero es que me cuenten una historia. Las imágenes bonitas porque sí las aguanto el tiempo que dura un publirreportaje. Menos mal que Lost in translation la vi en casa, que si la llego a ver en el cine... Yo siempre sospecho de las películas que se parecen más a un anuncio de perfume que a una película normal, con personajes que hacen cosas, que tienen sangre en las venas. Aunque eso está demodé, está out, no es cool. Mejor gente lánguida, que mira por la ventana y suspira porque está así como depre, aunque no sabe muy bien porqué.
¡Que estás en Tokyo! ¡Sal a ver mundo!
Para que no penséis que mi único baremo a la hora de elegir si una película me va a gustar es que sea una peli posturera, añado otra bien distinta: Resacón en Las Vegas.
Porque es que yo soy una chica muy fina, que no eructa en público jamás. Y por eso las comedias de caca culo pedo pis no me hacen ninguna gracia. Los chistes de pajas, como las persecuciones por el metro de Nueva York o las películas de las II Guerra Mundial, están agotados. Ya no se puede sacar más de donde no hay. Está seca la cosa (y nunca mejor dicho).
Y vosotros, ¿cuáles son vuestras películas termómetro? Contádmelo...